En Rusia, la movilización militar arruina los negocios

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En su nuevo espacio de “coworking” (trabajo compartido) en Cheliabinsk, una ciudad en el centro de Rusia, el empresario Maxim Novikov cuenta los espacios vacíos desde el anuncio de una movilización militar. Habitualmente el sitio está lleno de diseñadores, programadores y jóvenes rusos que trabajan en sus emprendimientos.

Pero desde que el presidente Vladimir Putin anunció en septiembre la movilización de cientos de miles de jóvenes rusos, Novikov, de 33 años, perdió gran parte de su clientela. “Muchos dejaron de venir”, contó.

Algunos se incorporaron a las mermadas filas del ejército ruso o figuran entre las decenas de miles de personas que han huido al vecino Kazajistán.

La movilización del Kremlin creó incertidumbre y caos para negocios ya golpeados por las sanciones y afectados por el impacto de la pandemia.

En las últimas tres semanas, poco más de la mitad de los 77 puestos en el sitio de “coworking” de Novikov estaban ocupados. No sabe si la gente que huyó o fue reclutada seguirá pagando las tarifas de suscripción, que contrataron.

Y ahora está preocupado por sus préstamos. “La facturación ya cayó más de 40 por ciento este año”, indicó Novikov, quien estudió arquitectura. “Yo quería comprar un tercer espacio, pero de momento no será posible correr ese riesgo”, agregó.

TEMOR DE INVERSORES

Pero él no es el único empresario en Rusia que se está poniendo nervioso por el vacío en la fuerza laboral. “Esto significa que hay proyectos están paralizados y que las compañías privadas tendrán miedo de invertir”, comentó Natalia Zuberevich, economista en la Universidad Estatal de Moscú.

La economía rusa se ha visto golpeada este año por sanciones occidentales sin precedentes en respuesta a la decisión de Putin de enviar tropas a Ucrania el 24 de febrero.

Pero Zuberevich señaló que la movilización es un “factor agravante adicional”. Agregó que no le sorprende que hombres jóvenes de las provincias se unan al ejército, atraídos por los pagos mensuales que a veces son tanto como sus salarios anuales.

Ningún negocio ruso ha quedado indemne, ya sea un local de marroquinería de lujo o un emprendimiento de tortas. Cada vez más aislada y golpeada por sanciones y la movilización, la ansiosa sociedad rusa cuida mucho sus gastos.

Ante ello, empleadores preocupados pidieron al gobierno dar exenciones a la movilización, en especial para empresas pequeñas y medianas. La analista Donets espera “más intervención y ayuda estatal” para aplacar los efectos de la movilización. Especialmente porque las arcas rusas continúan llenándose gracias a sus exportaciones energéticas. (AFP)

 

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