El Tribunal de Cuentas y una novela con final y aroma a venganza

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Esquivando los flashes y bien lejos de la exposición pública, una movida de fuerte impacto político acaba de cocinarse en el Tribunal de Cuentas. Sigilosa, la nueva conducción liderada por Federico Thea, un hombre de extrema confianza de Axel Kicillof, forzó una serie de movimientos que terminó por restarle poder a uno de los cuatro vocales con que cuenta el organismo, justamente, al que responde a Martín Insaurralde, el jefe de Gabinete. La historia del caso se remonta a los tiempos de María Eugenia Vidal, cuando se designaron a los vocales del organismo de control. Veamos. Para completar las vacantes que se habían generado, el entonces gobierno de Cambiemos negoció con un grupo de intendentes peronistas liderados por Insaurralde (Lomas de Zamora) y Mariano Cascallares (Almirante Brown) y con Sergio Massa. Así, el lomense nominó a Juan Pablo Peredo que se hizo cargo del monitoreo de las cuentas de la mitad de los municipios, mientras que el líder del Frente Renovador y actual ministro de Economía, impuso a Daniel Chillo, que se quedó con el examen de las cuentas del resto de las comunas. Vidal, acaso pensando en el día después de dejar el poder, colocó a Gustavo Diez a cargo de revisar las cuentas de la Administración Central, mientras que Ariel Pietronave, ligado al intendente de Lanús, Néstor Grindetti, se quedó, acaso, con la vocalía menos relevante: la que se encarga de revisar los gastos de los organismos descentralizados.

La cuestión es que hace algunas horas, se avanzó con un cambio de funciones de los vocales. El PRO colocó a Pietronave a cargo de las cuentas de la mitad de los municipios y Peredo debió conformarse con la vocalía de Reparticiones Autárquicas y Entes Especiales. Hay quienes dicen que Peredo aceptó a regañadientes. La movida generó de inmediato una serie de especulaciones. La más pesada, tiene que ver con la pelea que existe en el oficialismo vinculada a la carrera por la Gobernación en la que están anotados Kicillof (que busca la reelección) y su jefe de Gabinete, Martín Insaurralde. El desenlace de estos movimientos se relacionaron enseguida con esa pulseada. “Axel 1, Martín 0”, ironizaba en las últimas horas un observador de la interna oficialista.

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