El peor invierno: Ucrania, en una trampa mortal sin agua ni luz
Edición Impresa | 22 de Noviembre de 2022 | 01:11

KIEV, UCRANIA
Cuando se va la luz, como suele ocurrir a diario, el departamento con vista a la maltrecha capital ucraniana se siente como una trampa mortal. Sin luz, sin agua, sin forma de cocinar. El riesgo de no poder huir a tiempo del piso 21 si golpea un misil ruso. Y cuando vuelve la electricidad, nunca es por mucho tiempo.
“Los ataques rusos están hundiendo Ucrania en la Edad de Piedra”, afirmó Anastasia Pyrozhenko. En un período reciente de 24 horas, su edificio de 26 pisos sólo tuvo electricidad durante media hora. Las “condiciones cuartelarias” han hecho que su marido y ella abandonaran el departamento.
“Nuestro edificio es el más alto de la zona y es un gran objetivo para los misiles rusos, de modo que dejamos nuestro departamento y nos fuimos a la casa de nuestros padres. Nos preparamos para el peor invierno de nuestras vidas”, dijo la mujer, de 25 años.
La situación en Kiev y otras grandes ciudades ha empeorado de forma drástica tras el mayor ataque de misiles a la red eléctrica del país el martes pasado. El 40 por ciento de los ucranianos tiene dificultades debido a los daños en al menos 15 grandes instalaciones de energía en todo el país, indicó la operadora estatal de la red eléctrica, Ukrenergo.
La red advirtió que los apagones podrían durar entre varias horas y varios días, y señaló que “la resiliencia y el valor son lo que necesitamos en este invierno”.
También el alcalde de la ciudad, Vitali Klitschko, recalcó la necesidad de estar listos y resistir ante un posible apagón masivo. En un comunicado, la operadora Ukrenergo indicó que “miles de kilómetros de líneas cruciales de alto voltaje no funcionan”, lo que afecta a todo el país.
La compañía estatal publicó la imagen de una estación transformadora destruida por un misil ruso y que había dejado a unas 400.000 personas sin luz. Según el comunicado, “ahora hay docenas de transformadores así en el sistema de energía. Este equipamiento no se puede sustituir de inmediato”.
El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, señaló que, tras los ataques de la semana pasada, más de 10 millones de ucranianos se habían quedado sin luz. Y anunció que la restauración de las redes y de la capacidad de suministro técnico “avanza sin descanso”.
El domingo por la noche hubo apagones programados en 15 regiones y en la ciudad de Kiev, mientras que ayer todas las regiones sufrieron cortes de luz programados.
Una ola de frío y las primeras nevadas han complicado de forma significativa la situación en Kiev, donde a menudo la temperatura baja de los cero grados centígrados durante el invierno. El frío obliga a la gente a encender sus calefactores, lo que aumenta de notoriamente la demanda de energía y hace que los apagones duren más. Ante el descenso de temperaturas, las autoridades en Kiev habilitaron más de 500 puntos de emergencia donde los vecinos pueden calentarse, beber té, recargar sus celulares y recibir la ayuda que necesiten. Los centros están equipados con grupos electrógenos y calderas especiales.
Muchos vecinos en Kiev han empezado a dejar cajas de comida, linternas y baterías de reserva en ascensores por si alguien se queda atrapado en uno durante mucho tiempo. La falta de luz ha afectado al transporte público; muchos comercios pequeños no pueden operar y algunos centros médicos funcionan con capacidad limitada. El precio de los grupos electrógenos está por las nubes y aún con dinero es difícil conseguirlos.
Los analistas dicen que los ataques de cohetes rusos contra la red energética no afectan al avance exitoso del ejército ucraniano en el sur, ni a la situación en el campo de batalla en general.
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