Es imperioso combatir al vandalismo que se ensaña contra las escuelas

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Una vez más una escuela de la Región fue víctima del accionar delictivo de personas que ingresaron a ella con supuestos fines de robo y que durante su permanencia incendiaron dos salas del edificio, en una situación que obligó a la intervención de los bomberos para sofocar las llamas.

El siniestro se registró el domingo por la mañana y dos dotaciones de bomberos -de San Carlos y de Los Hornos- debieron acudir luego que el 911 recibiera un llamado alertando sobre el fuego que se estaba consumiendo las instalaciones del establecimiento ubicado en 520 entre 138 y 139.

Minutos después, una de las directoras de la escuela se hizo presente en el lugar, quien luego de que se lograran extinguir las llamas que afectaron la Dirección y dos preceptorías comenzó la revisión de la sede para determinar si se habían producido sustracciones.

Si bien es materia de investigación, la principal hipótesis es que desconocidos ingresaron con fines de robo y, al no encontrar nada para llevarse, decidieron desistir, no sin antes iniciar un incendio.

Lo cierto es que este mismo establecimiento viene siendo víctima de frecuentes ataques suscitados en los últimos meses. Esto provocó que en la comunidad educativa se encendieran las alarmas, ya que la situación parece no encontrar freno.

En tanto, se informó que el incendio afectó también a una sala de aproximadamente 10 por 5 metros. Además, se llevó a cabo una inspección ocular en el resto del edificio, a los fines de evitar la propagación del fuego.

Asimismo se mencionó que, a pesar de que el lugar sufrió serios destrozos y las paredes quedaron completamente negras por efecto de la humareda, no hubo que lamentar heridos ni víctimas fatales. En tanto, las autoridades informaron que se suspendieron las clases para el día de ayer.

De esta manera siguieron sumándose episodios en nuestra zona que afectan a establecimientos de enseñanza.

Duele decirlo otra vez, pero lo cierto que los edificios escolares vienen sufriendo una seguidilla de hurtos, robos y actos de vandalismo. Materiales didácticos siempre valiosos -libros, mapas, computadoras, instrumentos musicales- suelen ser los bienes que las comunidades educativas pierden y cuyo reemplazo origina dificultades y demoras.

En cuanto a la sucesión de robos a escuelas, es evidente que en la mayoría de los episodios registrados el problema adquiere connotaciones y una dimensión más preocupantes, que incluye aspectos relacionados a cuestiones educativas, sociales y culturales que debieran ponderarse.

Pero, lo que urge es que el Estado -especialmente a través del accionar policial- extreme recursos y estrategias para defender el patrimonio de las escuelas, revertir la indisculpable situación de indefensión en que se encuentran y, al mismo tiempo, individualizar y castigar con el peso de la ley a los responsables.

Una vez más debe reclamarse el frecuente paso de patrulleros y la presencia de mayor cantidad de policías en las calles, además de que se despliguen mínimas tareas de inteligencia encaminadas a detectar a los responsables de estos graves delitos.

 

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