“Glass Onion”: otro misterio para resolver con pochoclos
Edición Impresa | 23 de Diciembre de 2022 | 05:13

“Knives Out” tomó por sorpresa al mundo en 2019: Rian Johnson, su director, que venía de dirigir “Star Wars: Los últimos Jedi”, elegía para su siguiente proyecto un policial satírico repleto de estrellas, y parecía ser más un proyecto para divertirse con amigos que una película candidata al éxito. Pero fue, efectivamente, un éxito, garantizando una secuela también cargada de estrellas, que llega hoy a Netflix.
Con el título “Glass Onion: Un misterio de Knives Out”, la nueva película da continuación al papel que Daniel Craig ya había interpretado en 2019 como el ingenioso detective privado Benoit Blanc, y en el que vuelve a aprovechar la potencialidad de un elenco coral para actualizar y homenajear con un bienvenido tono humorístico el género “quién es el asesino”.
Blanc es, de hecho, un investigador inspirado en las obras de Agatha Christie y su icónico Hércules Poirot, aunque, claro, parodiado, bastante despistado por momentos. Ahora, en vez de situarse en la fría Massachusetts del noreste de Estados Unidos, el personaje se traslada a la calidez del Mediterráneo en Grecia, donde llega con la misión de desentrañar la sospechosa muerte de Cassandra “Andi” Brand (Janelle Monáe), la ex directora ejecutiva de una compañía de tecnología que había cofundado con el magnate Miles Bron (Edward Norton) y de la que se había desvinculado tras negarse a lanzar un combustible alternativo pero potencialmente letal para su uso.
Sin embargo, y fiel a la metáfora con guiño “Beatle” de su título, la cinta encuentra la manera de redoblar la dosis de intriga mediante la estructura de “cebolla de vidrio”, en la que los rencores, las traiciones, las deudas pendientes y las culpabilidades se vinculan y acumulan en capas pero de una forma más transparente de lo que parece ser en un principio.
Es que allí -como cada año- se encuentra todo el heterogéneo círculo cercano de Bron para llevar a cabo un fin de semana de entretenimiento, cada uno con sus propios intereses y secretos que ocultar: Hudson es Birdie Jay, una superficial ex supermodelo; Kathryn Hahn es la gobernadora y candidata a senadora Claire Debella; Leslie Odom Jr. es Lionel Toussaint, el jefe del área científica de la empresa del anfitrión; y Dave Bautista encarna a Duke Cody, un irritante streamer y activista de los “derechos de los hombres”.
MILLONARIOS
En el centro está Miles Bron, el multimillonario interpretado por Norton, un excéntrico magnate tecnológico pagado de sí mismo en el que el propio Norton espera que se vean reflejadas todas esas mediáticas figuras reales que rápidamente vendrán a la mente del público.
“Espero que todos se sientan aludidos y crean que estoy interpretándoles a ellos, pero desgraciadamente creo que, con la personalidad que pueden llegar a tener, seguro que todos pensaran en otras personas y creerán que no son ellos”, confiesa Norton que asegura que su personaje es “una mezcla de varias personas pero nadie en concreto” y cuenta con “varios homenajes o varias referencias a varias personas aquí y allá”.
“Lo bueno es que para Rian y para mi resultó bastante fácil, porque hay muchos documentales sobre estas personas que han hecho grandes cosas o que han simulado hacer grandes cosas pero que en realidad han cometido algún delito que teníamos mucho material con el que trabajar”, dice entre risas.
“Son varias las personas en las que nos hemos inspirado”, coincide el director que recuerda que cuando estaba escribiendo sobre este personaje “si comenzaba a pensar en una única persona se convertía en algo mucho menos divertido y menos interesante”. Y es que, dice Johnson, “lo genial de él es la idea que traslada de ese tipo de personas, no de una persona en concreto, y toda la estructura de poder que tienen a su alrededor”.
SECUELAS
Johnson dirige y escribe la que es, tras la mediática y “exagerada” experiencia que vivió con ‘Los últimos jedi’ en 2017, la segunda secuela de su carrera cinematográfica. Un reto muy diferente que, asegura el cineasta, afronta sin miedo al qué dirán y con la ilusión de presentar al público una historia “divertida”, “entretenida” y “emocionante”.
“La verdad es que cuando estás contando una historia, en el instante en el que comienzas a tener miedo por la reacción del público estás acabado”, afirma Johnson en la que matiza que esta conjura para no dejarse influenciar tras la avalancha de odio que recibió por parte de “unos pocos elementos tóxicos” del fandom de Star Wars, admite ciertos matices. “No significa que no tenga que haber algo de miedo al pensar a si va a funcionar o no, pero miedo en un sentido positivo”, dice.
“Es una montaña rusa, no un crucigrama. La revelación de cómo encaja todo y quién es el culpable, el hecho de que todo está en diferentes capas, es parte de lo divertido del género”
Rian Johnson,
director de “Glass Onion: un misterio de Knives Out”
“Si vas a preocuparte por el otro miedo no sé por qué estás malgastando el tiempo de todos haciendo películas”, insiste el director de la secuela de ‘Knives Out’, una segunda entrega que vuelve a mezclar thriller y humor con diálogos afilados que añaden sátira y crítica social a la clásica trama del ‘quién lo hizo’.
“Una de las grandes razones por las que hago estas películas de ‘Glass Onion’ es porque soy un gran fan del género, pero al verlas me di cuenta de que en la mayoría de los casos son historias ambientadas en Inglaterra, aisladas y desconectadas del mundo actual. Fue entonces cuando pensé que sería divertido hacer una película de este género de misterio policiaco, pero incorporando elementos del mundo en el que vivimos”, expone el realizador que en su filme alude de forma más o menos directa a asuntos como la obsesión por las redes sociales, la cultura de la cancelación, las ‘fake news’, la crisis energética o la pandemia.
“Son temas que nos hacen reír, que nos enfadan, que nos preocupan... y eso es por lo que he querido tocarlos en la película. Lo principal es que sea un entretenimiento, un gran entretenimiento para toda la familia, pero también incluyendo estos temas”, destaca el director que cree que el mero hecho de que estén ahí ya habla por sí mismo sin necesidad de ofrecer un mensaje más “explícito” o una moraleja. “Una película tiene que hablar por sí misma, y esta lo hace mejor de lo que lo puedo hacer yo”, argumenta.
En ese sentido, “Glass Onion” hace pie en la atractiva química nacida de esa conjunción de actores y actrices y de relaciones inesperadas para revelar, con el -a veces algo caótico y muy veloz- razonamiento deductivo del detective, quién carga con los asesinatos en un escenario en el que cualquiera puede ser sospechoso o sospechosa.
Johnson comenta además que es de los narradores que, en este tipo de tramas, prefiere sorprender y no dejar en la audiencia la tarea de descubrir el misterio: “Creo que es lo que funciona también en Agatha Christie. Yo siempre recordaba y decía una frase en relación con la primera película: ‘Es una montaña rusa, no un crucigrama’. ¿Son personajes importantes para vos? ¿Te involucrás emocionalmente? La revelación de cómo encaja todo y quién es el culpable, el hecho de que todo está en diferentes capas, es parte de lo divertido del género”.
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