En el mundo suben los precios de los alimentos con máximos históricos
Edición Impresa | 10 de Febrero de 2022 | 01:27

Los precios de los alimentos se han disparado a nivel mundial debido a las interrupciones en la cadena de suministro, el clima adverso para los cultivos y el aumento de los precios de la energía (que aumenta el costo del transporte), subas que imponen una pesada carga a los sectores más vulnerables del planeta y amenazan con avivar el malestar social.
Los incrementos han afectado rubros tan variados como cereales, aceites vegetales, manteca, pastas, carne vacuna y café. Las alzas llegan cuando los agricultores de todo el mundo enfrentan varios desafíos, que incluyen sequías y tormentas de hielo que arruinaron los cultivos, un aumento de los precios de los fertilizantes y combustibles, y una escasez de mano de obra vinculada con la pandemia e interrupciones en la cadena de suministro que dificultan la comercialización de productos.
Un índice global publicado por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) mostró que los precios de los alimentos subieron en enero a su nivel más alto desde 2011, cuando los costos vertiginosos colaboraron a los levantamientos políticos en Egipto y Libia. El precio de la carne, lácteos y cereales mostró una tendencia alcista desde diciembre, mientras que el precio de los aceites alcanzó el nivel más alto desde que empezó el seguimiento del índice en 1990.
Maurice Obstfeld, investigador del Instituto Peterson de Economía Internacional y execonomista jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI), afirmó que las alzas en los precios de los alimentos pueden afectar los ingresos en los países más pobres, sobre todo en ciertas regiones de América latina (por caso México) y África, donde algunas personas gastan hasta el 50 o 60 por ciento de sus ingresos en comida.
Asimismo, el experto indicó que no era “mucha exageración” decir que el mundo se está acercando a una crisis alimentaria mundial, y que un crecimiento más lento de la economía global, el alto desempleo y los presupuestos estresados de los gobiernos que han gastado mucho para combatir la pandemia habían creado “una tormenta perfecta” como para preocuparse por eventuales “disturbios sociales a gran escala”.
Incluso antes de la pandemia, los precios mundiales de los alimentos habían tenido una tendencia alcista a medida que la enfermedad aniquilaba buena parte del sector porcino de China y la guerra comercial entre EE UU y China traía como consecuencia aranceles chinos sobre los productos agrícolas estadounidenses.
LOS CAMBIOS DE LA PANDEMIA
Pero cuando comenzó la pandemia (inicios de 2020), el mundo experimentó cambios muy fuertes en la demanda de alimentos. Cerraron restaurantes, cafeterías y mataderos, y más personas empezaron a cocinar y comer en sus casas. Así, por caso, algunos agricultores estadounidenses que no pudieron poner sus productos en manos de los consumidores se vieron obligados a descartar leche en sus campos y a sacrificar sus rebaños.
Dos años después, la demanda mundial de alimentos sigue siendo fuerte, pero los precios más altos del combustible y los costos de envío, junto con otros cuellos de botella en la cadena de suministro, como la escasez de choferes de camiones y contenedores de envío, siguen elevando los precios, señala Christian Bogmans, economista del FMI.
La sequía y el mal tiempo en los principales países productores agrícolas como Brasil, Argentina, EE UU, Rusia y Ucrania han empeorado la situación.
Los datos del FMI muestran que la inflación promedio de alimentos en todo el mundo alcanzó el 6,85 por ciento sobre una base anualizada en diciembre, el nivel más alto desde que comenzó su serie en 2014. Entre abril de 2020 y diciembre de 2021, el precio de la soja se disparó un 52 por ciento, y el del maíz y el trigo –ambos- crecieron un 80 por ciento, según mostraron los datos del Fondo, mientras que el precio del café subió un 70 por ciento, debido en gran parte a las sequías y heladas en Brasil.
Si bien los precios de los alimentos parecen estar listos para estabilizarse, eventos como un conflicto en Ucrania, un importante productor de trigo y maíz, o un clima más adverso podrían cambiar ese cálculo, agrega Bogmans.
Los efectos del aumento de los precios de los alimentos se han sentido de manera desigual en todo el mundo. Asia se ha salvado en gran medida debido a una abundante cosecha de arroz. Pero las partes de África, Medio Oriente y América latina que dependen más de los alimentos importados están pasando una situación complicada.
MONEDAS DEVALUADAS
Naciones como Rusia, Brasil, Turquía y Argentina también sufrieron porque sus monedas perdieron valor frente al dólar, que se usa internacionalmente para pagar la mayoría de los productos alimenticios, apunta Bogmans.
En África, el mal tiempo, las restricciones por la pandemia y los conflictos en la República Democrática del Congo, Etiopía, Nigeria, Sudán del Sur y Sudán interrumpieron las rutas de transporte y elevaron los precios de los alimentos. Según analistas, unos 106 millones de personas en el continente “negro” enfrentan inseguridad alimentaria, el doble que en 2018.
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