El martirio de ser víctima: sufrieron abusos y ahora luchan juntas
Edición Impresa | 20 de Marzo de 2022 | 06:34

Empezó como una reunión entre vecinas y conocidas de un barrio de Ensenada. Analía, que desde 2017 impulsa una causa contra su ex pareja por abuso sexual de sus tres hijos, las convocó para “hacer algo” con lo que le había pasado a cada una. Es que, además de compartir una trágica historia, se reconocían como víctimas de un Estado y un sistema judicial burocrático y alejado de los ciudadanos que denuncian.
“Nosotras no entendemos los términos legales y nuestra realidad económica nos impide costear lo que sale un abogado. Entonces, cuando tenemos que seguir una causa, es como si estuviéramos navegando en arenas movedizas”, explicó Claudia, una docente que se unió a “Alcemos las Voces” para ayudar desde un rol de asesora.
Aunque, en la mayoría de los casos, las dificultades comienzan mucho antes: “Denunciar ya es un problema, porque en las comisarías no están preparados para contener a alguien que sufrió un abuso sexual o que fue golpeada por su marido. Muchas veces anotan mal lo que contás o desestiman directamente”, sostuvo Analía.
Cada una de las cuatro (en total son 10 familias) mujeres que forman parte de la agrupación y ayer visitaron la redacción de EL DIA, tiene una experiencia particular con este tipo de situaciones.
Claudia expuso que “yo doy clases de apoyo hace 32 años y Analía llevaba a sus hijos a mi casa. Así nos conocimos, me enteré de lo que le había pasado y surgió la necesidad de juntarse porque en Ensenada no existe ningún grupo, ONG o lugar específico en donde las mujeres puedan ir con su problemática y ser asistidas”.
Y añadió que “hay lugares disgregados, pero nada organizado. Hay una nebulosa ahí y nos pareció importante intervenir”. Fueron “convocando a otras chicas” y después “se sumaron familias”.
El 27 de septiembre del año pasado tuvieron la primera reunión, en la que definieron el nombre del grupo y establecieron el objetivo central del mismo.
“Queríamos tratar solamente casos de abuso infantil, pero como está ese vacío, también tomamos a mayores”, refirió. Crearon la página de Facebook “Alcemos Las Voces Ensenada” para comunicar sus actividades y recibir consultas.
En el transcurso de la conversación, una palabra sobrevuela de manera constante la sala; a veces la dicen ellas, otras queda sobreentendida en el marco de un relato. “Acompañar”.
JUNTAS
El proceso que conlleva denunciar un abuso o un episodio de violencia de género es un camino sinuoso y largo. Primero, porque tomar el coraje para hacerlo no es fácil. A Mariel, otra de las presentes, le costó varios años llegar a la comisaría y contar cómo su concubino la golpeaba y la violaba. Luego, al tomar conocimiento de que sus dos hijas menores habían padecido algo similar, todo cambió.
Lo mismo le sucedió a Melanie, cuando su superior intentó besarla y la manoseó en un auto, y al resto de las mujeres que hoy son parte de “Alcemos las Voces”. (ver recuadro)
Ese es uno de los obstáculos con los que se encuentran las víctimas al iniciar una causa de esta índole. Por lo tanto, el paso inicial fue realizar un trabajo de hormiga en el que detallaron cada circunstancia que un denunciante debe atravesar.
Armaron una suerte de protocolo en base a las experiencias de cada una. Analía les indicó qué leyes debían conocer, y hasta cómo debían ser tratadas en la Comisaría de la Mujer. “La víctima desconoce muchas cosas. ¿Dónde hace la denuncia, por ejemplo? No sabés si ir a la Fiscalía, a la comisaría, a la DDI... hay un blanco, no se sabe por dónde arrancar”, sostuvo Claudia.
Ellas conocen cada una de estas etapas porque las vivieron. “Con Mariel -continuó- tuvimos un problema con la escuela de sus hijos, porque la más chica les relató su caso a un directivo y a una orientadora educacional. La mamá se enteró por la propia hija, porque desde el colegio no la llamaron y tampoco redactaron un informe, no hicieron absolutamente nada. Es inaudito”.
De lo que carecen, por el momento, es de una asesoría legal profesional. “Lo que más cuesta es conseguir un abogado que nos quiera representar, que pueda ayudar en las causas”.
Mientras tanto, se mueven “con lo que tenemos y podemos”, se encargan de aclarar. Entienden que juntas pueden llegar más lejos que si van por separado.
“Alcemos...”, en este sentido, pretende ser un espacio de contención y de acompañamiento para quienes deben atravesar la compleja senda del damnificado.
“Armamos un protocolo en base a las experiencias de cada una. Cómo hacer una denuncia, por ejemplo”
Claudia, Integrante de Alcemos las Voces
“En las comisarías no están preparados para asistir a las víctimas de violencia o de abusos”
Analía, Integrante de Alcemos las Voces
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