“Me saqué un peso del corazón, ahora me siento libre y me puedo mirar al espejo”

Edición Impresa

El nicaragüense Arturo McFields llevaba 15 días con un peso “en el corazón”, hasta que se lo quitó de encima cuando, como embajador de su país ante la Organización de los Estados Americanos (OEA), denunció públicamente que su propio gobierno era “una dictadura”.

“Sentí que me quité un yunque del alma”, dijo McFields en una entrevista con la agencia de noticias The Associated Press ayer. “Me siento libre. Siento que puedo mirar a mi hija a los ojos. Puedo verme en el espejo”. Tras removerlo de su cargo, el Gobierno nombró en su lugar a Francisco Campbell Hooker.

McFields dijo ayer que no le había dicho a nadie lo que planeaba hacer en la OEA, sólo a su esposa. Ahora enfrenta una “campaña de desprestigio que arrancó el miércoles mismo en mi contra”. El ahora exembajador explicó que alrededor de 2018, cuando estallaron en Nicaragua protestas en las que murieron decenas de personas, empezó a sentir que su gobierno podía tomar caminos distintos. “En el último año y medio es que a mí se me promociona a ministro consejero y después a embajador, pero yo siempre tuve cargos menores hasta hace año y medio”, dijo.

La “gota que derramó el vaso”, dijo McFields, fue el caso de Tamara Dávila, una feminista que lleva presa nueve meses sin poder abrazar a su hija de cinco años. Él tiene una hija de la misma edad. “Eso me quebrantó. Me conmovió demasiado. Me puse a llorar”, aseguró. (AP)

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE