La Fórmula 1 y un comienzo “a los saltos”

Eduardo Tucci

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La Fórmula 1 viene con novedades esta temporada y una de ellas no ha hecho más que sumar sorpresa e incomodidades a los 20 pilotos de los diez equipos que se aprestan a dar lucha por quedarse con el premio mayor en la principal categoría del automovilismo mundial.

A raíz del fuerte “efecto suelo” producido por los cambios reglamentarios de 2022, los autos vienen padeciendo una suerte de “galope” que se incrementa cuando aumenta la velocidad, un bamboleo nada cómodo cuando se está circulando a más de 250 kilómetros por hora.

Sacudones más propios del rally que de un monoposto promovieron reacciones que se hicieron más notorias cuando los autos tomaron contacto con la pista de Barcelona hace pocos días como antesala de lo que será en breve el lanzamiento de la temporada.

El fenómeno denominado “porposing” no es nuevo en la categoría pero hace 40 años que había sido eliminado cuando en ese entonces se archivó definitivamente el ahora resucitado “efecto suelo”. Las intrincadas variantes propuestas para la temporada que se viene tienen por objetivo generar ese efecto para favorecer los sobrepasos pero las consecuencias aerodinámicas trajeron aparejados los “cabeceos” de las máquinas que generan la consecuente inestabilidad al auto y la correspondiente preocupación al piloto.

Los coches para este año tienen un piso muy cercano al asfalto y de acuerdo a las consideraciones técnicas la estrechez del espacio entre el pavimento y el fondo del auto provoca la circulación más rápida del aire por allí que más arriba. Ello deriva en el efecto suelo. Combinado esto con la enorme presión que provoca el actual alerón delantero se generan los incómodos “rebotes”. Todo en poquísimo tiempo.

El fenómeno desaparece totalmente cuando el piloto frena, por ejemplo, para tomar una curva. Los técnicos han desarrollado todo tipo de propuestas para achicar los efectos de esta compleja trama originada por la aerodinamia y siguen trabajando en procura de que al auto viaje muy bajo pero no tanto como para que haga contacto con la pista demasiadas veces.

Todos los actores principales de la Formula 1 tuvieron a este tema en el centro de las consideraciones. “Creo que la mayoría de nosotros menospreció el problema que ocurriría al estar en la pista, el de rebotar más que lo esperado” analizó para la prensa Mattia Binotto, el capo de Ferrari, la escudería en cuyos autos se hizo más notorio el problemático “porpoising”.

En la misma línea se anotó Fréderic Vasseaur, responsable técnico de Alfa Romeo quien advirtió: “Algunos elementos no son fáciles de evaluar en el túnel de viento y en el simulador y todos afrontamos el mismo problema...Resolverlo no es el mayor inconveniente, pero ser eficiente después es la clave. La rapidez con la que reaccione cada escuadra será determinante en las primeras carreras”.

Así están las cosas en el “Gran Circo” cuando se acerca el arranque del campeonato, previsto para el fin de semana que va del 18 al 20 de marzo en Bahréin. Un agregado, desde el aspecto técnico, a la variada gama de debates que nos depara la F1 cada año.