El reto de sacar adelante sus cosechas para los agricultores ucranianos

Edición Impresa

 

ODESA, UCRANIA

Vitali Bilan tiene 100 hectáreas sembradas de trigo, lechugas y otras verduras. Las plantas empiezan a brotar en su granja cercana a la ciudad ucraniana de Odessa, donde resiste con sus tres hijos para conseguir sacar adelante la cosecha en un país en guerra que es el quinto exportador mundial de trigo.

Antes de la invasión rusa, Vitali trabajaba en la granja junto a su esposa y sus cinco hijos. La mujer y una huija se fueron a Francia, el resto de la familia sigue en Ucrania. Está, en una zona relativamente tranquila a la que no han llegado los bombardeos, pese a que el frente se encuentra a unos 150 km al este de Odessa. Por eso, sus tierras están indemnes y su veintena de trabajadores se han quedado en los campos a trabajar junto a él. Pero muchos agricultores ucranianos no están en su misma situación y han saltado las alarmas.

La Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ya avisó que la próxima temporada de trigo en Ucrania podría afectar a la inseguridad alimentaria mundial porque nadie sabe si los agricultores del país tendrán la paz y la mano de obra necesarias para sembrar, y ni siquiera si podrán cosechar en junio la ya sembrada.

Ucrania es el quinto exportador de trigo mundial y junto con Rusia, que es el primero, abastecen más de un tercio de las exportaciones mundiales de cereales. Los dos países suministran el 19 por ciento mundial de cebada, el 14 por ciento de trigo y el 4 por ciento de maíz. También son los principales proveedores de colza (canola) y representan el 52 por ciento del mercado mundial de exportación de aceite de girasol.

El agro es un sector clave para los propios ucranianos y para el mundo, cuando el trigo es un alimento básico para el 35 por ciento de la población mundial. (EFE)

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE