Dos pilotos, uno de ellos de la Fórmula 1, en problemas por culpa de la guerra

Dos pilotos rusos, uno de ellos que interviene en la máxima categorías, se le acumulan los problemas por culpa de la guerra.

Nikita Mazepin integraba el lote de habituales animadores, ni más ni menos, que de la Fórmula 1. Según las crónicas a este piloto el conflicto le complicó su marcha en la principal categoría del automovilismo mundial y ahora sufre con el operativo de incautaciones a magnates y oligarcas rusos que lidera la Guardia di Finanza italiana, que recaudó más de 900 millones de euros. Un complejo inmobiliario situado en Porto Cervo, en la Costa Esmeralda, en el noroeste de Cerdeña, propiedad del piloto y de su padre Dmitry, fue embargado de modo preventivo. La mansión tiene un valor de 105 millones de euros.

Otro caso es el de Artem Severoukhin a quien le fue revocada la licencia de piloto. La investigación que inició la Federación Internacional del Automóvil (FIA), la decisión de Ward Racing de finalizar el contrato y la decisión de la Automóvil Club de Italia (ACI) de quitarle la licencia, el conjunto de medidas que hunden al joven piloto ruso que realizó un supuesto saludo nazi durante la ceremonia de premiación en el Campeonato de Europa de karts, en el circuito de Portimao.

 

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