Cáncer de colon: aporte platense para una mejor prevención

Investigadores locales buscan señales que permitan detectarlo, a través de bíomarcadores, aún antes de su aparición y así evitar su desarrollo

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Cuatro grupos de investigación del Instituto de Estudios Inmunológicos y Fisiopatológicos de nuestra ciudad están uniendo sus líneas de trabajo para llegar a los orígenes del cáncer colorrectal, una enfermedad cuyo lado más oscuro se plasma en las estadísticas que lo sitúan entre los de mayor frecuencia en la población mundial, y de la que Argentina no escapa, como que en nuestro país es el segundo en incidencia, detrás del de mama, con 15.895 casos por año, según las cifras del Instituto Nacional del Cáncer. Y es en este marco que los equipos científicos platenses trabajan con la finalidad de encontrar marcadores tempranos en la sangre, el intestino y la materia fecal, y así prevenirlo.

Es que esta dolencia tiene un aspecto positivo de la que se puede sacar ventaja, y esa es que se trata de una progresión lenta que permite, en más del 90 por ciento de los casos, no ya curarse, sino directamente evitar su desarrollo y aparición.

“El tiempo de desarrollo es muy lento, y por eso se insiste tanto en los estudios de detección temprana, que permiten localizar ese tejido y extirparlo inmediatamente, dejando al paciente libre de riesgo”, explica Cecilia Muglia, investigadora del CONICET en el IIFP y una de las participantes del proyecto que busca, precisamente, identificar señales prematuras que sugieran la formación de pólipos, pero mucho antes de que estos siquiera existan como tales.

Es así que con la colaboración del Hospital Italiano de La Plata, el IIFP recibe muestras de sangre, materia fecal y biopsias –tejidos de 3 milímetros– de pólipos o lesiones intestinales de pacientes que se atienden allí, lo cual permite hacer un seguimiento exhaustivo con todas las variables involucradas a lo largo del tiempo.

“Lo valioso - señala por su parte Renata Curciarello, investigadora del CONICET en el IIFP - es poder observar qué pasa, por ejemplo, con un paciente en cuya primera colonoscopía de rutina no apareció nada, pero al repetirla después de unos años ya tiene una pequeña lesión que puede progresar a un pólipo; es ahí donde hay que buscar los rastros aparentemente imperceptibles de esa evolución”.

“El tiempo de desarrollo es lento, y por eso se insiste en estudios de detección temprana”

 

El trabajo de los científicos consiste entonces en correlacionar los valores que arrojan los análisis de sangre, con lo observado a nivel del tejido, y esto a su vez con la microbiota presente en la materia fecal, ya que “el cáncer colorrectal está asociado a la presencia de ciertas bacterias que son normales en el intestino pero que, cuando están aumentadas producto de un desbalance, podrían contribuir a un ambiente inflamatorio que a su vez favorecería la transformación celular”, describe Muglia.

La lupa, en este punto, está puesta a nivel molecular, con prometedoras expectativas de encontrar biomarcadores –sustancias que se utilizan como indicadoras de un estado biológico–para predecir con la mayor anticipación posible cuándo un intestino tiene indicios de futuras lesiones compatibles con cáncer colorrectal. “Además de observar los cambios en los distintos tipos de células, nos concentramos en los micro ARNs, pequeñas moléculas que modifican la expresión de genes, buscando advertir cambios; concretamente, cuán aumentadas o disminuidas aparecen de acuerdo a los estados inflamatorios de las muestras, para poder trazar un patrón que nos sirva como señalador de aquellos casos que con más seguridad vayan a desarrollar un tumor”, apunta Curciarello.

“Idealmente –coinciden las expertas– estos estudios aspiran a contribuir a futuro con el desarrollo de terapias génicas, que con el silenciamiento de un gen puedan frenar la transformación de determinadas células”.

Otra de las aristas que en paralelo aborda el proyecto es la puesta a punto de un modelo animal para estudiar los factores que predisponen a la aparición de lesiones y, posteriormente, de un tumor en esa región, como así también para poder probar procedimientos eventualmente terapéuticos.

Los trabajos descriptos se desarrollan en permanente interrelación con otros que se concentran específicamente en el comportamiento celular, y entre todos dan forma a este proyecto de gran envergadura que busca desandar por completo el camino del cáncer colorrectal y sacarle a la enfermedad unas cuantas vidas de ventaja.

 

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