VIDEO. La verdad oculta: vecinos de un barrio de City Bell, en shock
Edición Impresa | 5 de Abril de 2022 | 04:23

Primero el horror; después el shock. Entre esas sensaciones transita la vida por el barrio de City Bell donde el sábado a la noche un joven de 16 años mató a cuchillazos a su padrastro de 36. Fue en la cuadra de la calle 13 C entre 461 E y 461 F, que como nunca se llenó de patrulleros y policías. Claro que había una razón: en uno de los dormitorios de ese domicilio, recostado sobre un doble colchón sin sábanas, yacía el cuerpo de José Luis Ramírez, a quien le habían asestado más de 20 puñaladas, según confirmó el informe forense.
Este diario estuvo de recorrida por la zona y encontró algunos testimonios que reflejaron una sensación de incredulidad a lo que trascendió de la investigación.
No muchos sabían de los presuntos malos tratos hacia el adolescente y tampoco que éste sufriera una patología psiquiátrica.
Nelly, una de las frentistas que accedió a dialogar con EL DIA, expresó que “conocíamos al hombre y al nene. Muy buena gente. Nunca oímos una discusión y eran vecinos normales de decir buen día, buenas tarde o si necesitás algo”.
“Este es un barrio de gente muy buena. Nos llevamos una sorpresa muy grande. Había comentarios, pero a mi no me constan. Para mi es muy buen pibe, lo conozco desde bebé. Es todo muy triste”, agregó.
Como se sabe, la Justicia tendrá las respuestas para tantos interrogantes. Será a través de una batería de peritajes, que deberán hacer foco en la salud mental del imputado por homicidio.
Al margen del procedimiento especial que regula las cuestiones penales de los menores de edad, se trata de un chico que es punible para la ley, al contar con 16 años cumplidos.
La única situación que podría exculparlo de tener una sanción, es que los médicos indicaran que actuó bajo un estado de psicosis, sin comprender la criminalidad de su conducta y que además le impidió dirigir sus acciones.
Por el momento, a la espera de las conclusiones de los especialistas, el chico se encuentra alojado en un centro de recepción bajo estrictos cuidados y acompañamiento terapéutico.
La causa recayó en manos de la fiscal Sabrina Cladera, con conocimiento de la jueza María José Lescano.
Voceros del caso indicaron que en el inmueble donde se desencadenó el homicidio viven la madre del adolescente, un hermanito -fruto de la relación entre la mujer y la víctima- y los dos abuelos maternos.
Por eso las dudas, el misterio, los puntos oscuros de una historia, que pareciera ocultar algo detrás de los muros de la propiedad.
“Es la primera vez que pasa algo así en este barrio, que es muy tranquilo. Pero pasó lo que pasó”, refirió Nelly.
“Nunca pensamos una cosa así. Es muy triste por el nene y por el hombre. La verdad, no sabemos qué tipo de problemas podía haber entre ellos”, refirió.
La vecina indicó seguidamente que “es un chico muy sumiso. Tal vez tenía lo suyo, pero nunca pensamos, imaginamos, que esto ocurriría”, concluyó.
Fuentes de tribunales indicaron que en la jornada de ayer el joven fue indagado en sede judicial, aunque por recomendación de su defensora oficial, Raquel Ponzinibbio, se negó a declarar.
Mañana, a partir de las 9, está prevista la audiencia de preventiva, para la cual deberían estar los resultados de un informe interdisciplinario, que servirán para tener un contexto de su estado actual.
De acuerdo a una versión, el menor era blanco de supuestas agresiones desde que tenía aproximadamente seis años. Igual, es materia de análisis y, si hay una verdad oculta, deberá salir a la luz evacuadas las medidas de prueba que se pedirán en el expediente, como es la declaración de todo el núcleo familiar de la víctima y del sospechoso.
También saber qué se hizo, de ser cierto, que en las horas previas al crimen hubo otro cruce en el que Ramírez resultó con lesiones en sus manos y antebrazos provocadas por el hijastro.
Se sabe que entre los diferentes tipos de psicosis, los expertos apuntan a los siguientes: psicosis inducida por el consumo de tóxicos; psicosis reactiva breve (ante posibles casos de estrés); trastorno delirante (firme creencia en cosas que no son ciertas); psicosis orgánica (consecuencia de lesiones o enfermedades orgánicas como traumatismos, infecciones o tumores); esquizofrenia (los síntomas persisten durante un período no inferior a seis meses); trastorno bipolar (picos de euforia y excitación combinados con otros de angustia y depresión); trastorno esquizoafectivo (este diagnóstico corresponde a la presencia simultánea o consecutiva de síntomas de un trastorno del estado de ánimo como la depresión o la manía y de psicosis) y depresión psicótica.
“Nunca oímos una discusión. Eran vecinos normales”, dijo una mujer que vive en la cuadra
El adolescente sigue a la espera de una batería de estudios médicos para saber de su salud mental
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