Jorgelina Aruzzi: “Siempre me autogestioné, nunca esperé a que me llamen”

En paralelo a su actriz, esa que la lleva por estos días a ser parte del gran éxito de la tele, “El primero de nosotros”, está la dramaturga y directora teatral con las que pudo llevar al escenario las cosas que tenía para contar. “La mujer del vestido verde” es una de ellas

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María Virginia Bruno

vbruno@eldia.com

Jorgelina Aruzzi vive para el afuera un momento de gran explosión como una de las protagonistas de “El primero de nosotros” (Telefé), sin embargo, ella lo define como un presente “relajado” enfocado en las obras que escribió y dirige en la cartelera porteña: “La mujer del vestido verde” y “Pura sangre”. Proyectos que, protagonizados por dos grandes amigas y colegas a las que admira, como Dalia Elnecavé y Griselda Siciliani, respectivamente, la llevan a seguir incursionando en la dramaturgia y dirección, dos facetas que abrazó por la necesidad de querer contar lo que tenía ganas de contar por cuenta propia. “Nunca esperé a que me llamen”, dice en diálogo con EL DIA.

Reconocida por sus actuaciones en programas como “Chiquititas”, “Educando a Nina” o “El hombre de tu vida”, por el que recibió el Martín Fierro en 2011, Jorgelina Aruzzi es celebrada por su gran comicidad puesta al servicio del drama. Un recurso que no sólo aplicó en la tevé, en donde en este momento también es parte de “Los protectores” (Star+) sino también en el teatro, en donde debutó en 1992 en “Pasiones olvidadas” y en el que, entre otros celebrados proyectos como “Nina en el aire” o “Le Prenom” , protagonizó “La Verdad”, por la que recibió el ACE a la mejor actriz protagónica en comedia.

Más allá de los proyectos del teatro comercial, Aruzzi ha hecho un camino independiente que la ha llevado, cuál mujer orquesta, no solo a escribir, dirigir y protagonizar sus propios espectáculos sino a incursionar en más roles. En “La madre impalpable”, por ejemplo, que en 2008 le valió el ACE al mejor espectáculo alternativo, también diseñó el vestuario, la escenografía y la produjo. Es que para ella el teatro, dirá, “es como un todo, es como armar tu propia criatura”.

Como dramaturga, Aruzzi presenta “La mujer del vestido verde” todos los sábados a las 18 en El Método Kairós (El Salvador 4530). Esta pieza, dirigida por Gloria Carrá y protagonizada por Dalia Elnecavé, descubre los sueños de una mujer, atravesados por un hecho histórico. Una mujer que se encuentra en una situación completamente vulnerable y frágil tras un episodio traumático y a través de la palabra podrá arrojar luz a su historia y a su presente.

También tiene en cartelera “Pura sangre”, que no sólo escribió sino que también dirige junto a Carlos Casella. Protagonizada por Griselda Siciliani, se trata de una comedia ácida que reflexiona sobre el amor atravesado por un sistema de doma que somete a una carrera en busca de completarnos. Se ofrece de miércoles a domingos en el teatro Multitabaris (Av. Corrientes 831).

-El público mayormente te conoce por tus papeles en la tele pero tenés una gran trayectoria en teatro y no solo en la actuación sino también en dramaturgia y dirección. ¿Cómo empezás a incursionar en esas facetas?

-Siempre hice mis cosas porque siempre me autogestioné como actriz, no esperé a que me llamen. Me autogestioné porque también tenía cosas que contar. Pero siempre fue mi manera de hacer teatro. Si bien hago teatro comercial, también hago mis cosas.

-¿Encontrás diferencias entre estar de un lado y otro del escenario?

-No. Es como un todo. Cuando estoy fuera del escenario me pongo en un lugar más teórico que me hace aprender. Igualmente, también con la dirección siento que transmito cosas de actuación desde mi lugar, desde mi manera de ver las cosas. Desde un vamos, la dramaturgia y la dirección fueron para servir a mi actriz y me terminé copando más que nada con la escritura (...) Hay algo de la creación de la pieza teatral que me encanta, es como un todo: actuación, dirección, escribir. Es como armar tu propia criatura.

“Hay algo de la creación de la pieza teatral que me encanta. Es como armar tu propia criatura”

-Si bien hay casos, como “La mujer impalpable”, en la que escribiste, dirigiste y protagonizaste, hay obras como “La mujer del vestido verde” o “Pura sangre” en la que tus textos son interpretados por otra persona. ¿Cómo te hace sentir eso?

-En los dos casos, actúan amigas mías que a mí hay algo del mundo de ellas, de su manera de actuar, que me interesa. Me interesa ese tipo de mujer, me llama la atención su actriz. Entonces, que ellas interpreten un texto mío, me es fiel a lo que escribí (...) Verla a Dalia actuar el texto de “La mujer del vestido verde” me emociona por cómo fue todo el proceso, por lo que dice el texto, me da alegría haber soltado el texto para que vuele.

-¿Cuál podrías decir que es el gran tema de “La mujer del vestido verde”?

-Para mí el gran tema es lo finita que es la vida y el amor, cómo un hecho histórico pone en jaque los sueños de esta mujer. A veces todos vivimos en una cotidianidad que pensamos que lo que está pasando en el mundo no nos incumbe, lo ignoramos, no tenemos tiempo para eso, y el mismo sistema hace que no lo veamos, que lo naturalicemos. Y en este caso ese mundo exterior atrapa al mundo interior de ella.

-También escribiste y dirigís “Pura sangre”, ¿cómo viviste esa experiencia?

-Escribí “Pura sangre” para Griselda. Veníamos queriendo trabajar juntas y con Carlitos Casella, al ser un musical, las coreos y el canto también iban en paralelo a mi escritura del texto. Pero la dirección vino también por el texto. No hubiera dirigido “Pura sangre” si no la escribía. Tenía que ver con eso: con ser fiel al texto y estar ahí para seguir aportando (...) Si bien yo había hecho en Calle Corrientes textos míos, siempre los actué yo, como en “La madre impalpable”. Y en este caso, más allá de que sea mi amiga, escribir para una gran figura como es Griselda Siciliani, era una gran responsabilidad también.

-A lo largo de tu carrera has interpretado diferentes personajes, ¿tenés alguno que te haya marcado de manera particular?

-Muchos personajes me marcaron en la carrera o en la forma de actuar. Siempre vas afinando un poco el lápiz. Pero, por ejemplo, “Chiquititas” fue algo diferente, porque me llevó a protagonizar para chicos. Después “El hombre de tu vida”, “Nina”, “100 días para enamorarse”. La verdad es que no elijo uno sino que hay ciertos personajes que me fueron llevando hacia un camino.

-En “El primero de nosotros” hacés un trabajo increíble: nos reímos con vos, con un personaje que sufre por dentro pero que pone para el afuera ese escudo ácido y sin filtros que sirve para descontracturar tanto drama. ¿Qué es lo que más disfrutas de ese personaje?

-Me encanta mezclar siempre el drama y el humor, lo mismo en los textos que escribo, que también tienen esa característica, que vos no sabés si es gracioso o es triste, y hay gente que lo ve de una manera y se ríe y otra que al mismo chiste lo sensibiliza (...) Creo que todos los espectadores estamos muy acostumbrados y muy exigentes por la cantidad de series que consumimos y “El primero de nosotros” tiene eso, mucha exigencia a nivel realización, guión, actuación, sin dejar de perder eso que tenemos los argentinos con la comedia. Y un poco la elección del elenco y de los diálogos tienen que ver con eso: descomprimir un poco con la comedia tanta tristeza. Eso me parece muy interesante.

-¿Qué opinás sobre la decisión de Telefé de poner, en horario central, una ficción que aborde de manera tan natural y sin tabúes la temática de la muerte?

-Para mí está perfecto. Creo que es un tema profundo, que nos pega a todos, pero, a la vez, tiene la contracara de honrar la vida. Esta cosa de ver a la muerte tan cerca, de ver a alguien tan cerca de la muerte nos hace pelear para que la vida que nos queda valga la pena.

-¿Cómo podrías definir este presente profesional y cuáles son los proyectos en los que te interesa involucrarte en este momento de tu vida?

-Mi presente es relajado. Filmé “El primero de nosotros” el año pasado así que este año estoy con mis obras, terminando de filmar la segunda parte de “Los protectores” y descansando y viendo qué pasa. Me gustaría seguir con desafíos, personajes interesantes. Más que algún objetivo de filmar con alguien en particular, me gustaría seguir desafiándome como actriz.

 

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