Chivas Argüello: “La tensión entre lo cotidiano y el arte te hace crear”

El líder de normA, el cuarteto de punk rock que “sin pretensiones de nada” sigue girando por el “solo placer de tocar”, habla sobre “Cro9uis”, el disco en el que colaboran con Fito Páez y Sergio Rotman y que presentarán de uno y otro lado de la Autopista

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Por MARÍA VIRGINIA BRUNO

vbruno@eldia.com

Amigos del ruido infinito, los normA siguen divirtiéndose con canciones tristes y su rock2tonos en una aventura por las profundidades experimentales del punk que lleva ya veinte años de fidelidad con ellos mismos.

Sin pretensiones de popularidad, mantuvieron su estilo inalterable alejados de las expectativas y presiones externas, movidos sólo por su pulso interior.

Para Sebastián Chivas Argüello, su líder, la banda es “un espacio en común para crear”, un lugar sagrado que han logrado sostener entre sus vidas de personas comunes y corrientes (aunque Fito los haya definido alguna vez como “ingenieros empastillados”) gracias a la tensión de esa misma cotidianidad con el arte lo que, según el vocalista y guitarrista, no hace más que “potenciar las ideas”.

“Cro9uis”, que se lee 9 croquis, es el nombre del quinto disco del cuarteto que se completa con Gualberto de Orta (guitarra), Laro Bidonde (batería) y Gastón Mateos (bajo), un nombre que condensa la esencia mutante de las nueve canciones que lo componen.

En diálogo con EL DIA, Chivas se refirió a este flamante material que presentarán este fin de semana a ambos lados de la Autopista: hoy en el porteño Strummer Bar (Godoy Cruz 1631) y mañana en el Teatro Ópera (58 entre 10 y 11) junto a INVO con su tributo a DEVO.

-“Cro9uis” se editó a fines del año pasado pero hace años que lo vienen trabajando.

-Sí, lo grabamos en ION antes de la pandemia, en agosto de 2019, pero también ya pensando, no sé si en disco, pero por lo menos en dejar como registrada una foto de la banda de ese momento, que estábamos recién incorporando a Gastón (Mateos) en el bajo (en reemplazo de Richard), entonces teníamos esos temas y dijimos “vamos a por lo menos registrar lo que teníamos”. Quizás pensando en un simple, en dos o tres temas. Y nos agarró la pandemia y empezamos a trabajar más profundamente, nos juntábamos con Ugo (Gualberto de Orta, guitarrista) cada tanto, y empezamos a laburar los temas, y abrirlos un poco y fueron tomando forma. Son temas que estaban pensados más como croquis que, justamente, fueron agarrándose más con el concepto y ahí salió el disco con formato entero. Quedó una canción afuera que, pobrecita, estaba predestinada, se llamaba "Basura", pero el resto sí quedó. Grabamos 10 temas y finalmente quedaron 9.

-Es un material bastante diferente a lo que venían haciendo. Animarse a innovar, después de veinte años, ¿era un desafío?

-No, es natural. En cada disco siempre hay una tendencia a cambiar y hay ganas de tener una experimentación nueva de sonidos, de letras, de texturas. Y la verdad es que siempre tuve, como yo llevo las bases, la idea principal de la canción, siempre tiendo a hacerlo más experimental. Y cuando lo llevás a un grupo de personas, eso se adapta a algo y surgen otras ideas y muta. Y la presencia de Laro (Bidonde), el baterista, nos da mucha libertad porque es como que podés tirarle un ladrillo y te hace una casa, es una presencia muy fuerte en la banda que te permite jugar un montón y todas esas ideas que quedaban en el camino, por ser difíciles de ejecutar o por no encontrarle bien la forma, ahora se fueron cristalizando mucho mejor. Y seguimos nuestros instintos, no es que nos planteamos "che, vamos a cambiar". No. La verdad es que seguimos lo natural de la banda, los procesos naturales de una creación artística.

“Un día, desde Los Ángeles, Fito me manda un audio y me dice ‘tengo esto’ y fue eso lo que quedó”

-En este disco, ¿salieron primero las letras o la música?

-Más la música. Sí, en general en este disco más la música. En otras épocas me salían más fluidamente las letras pero ahora trabajo mucho, leo poco y tengo menos palabras, menos léxico (risas).

-La canción que abre, “D78”, es la más referencial a La Plata y parecen hablar mucho de ustedes pero también de la escena del rock local en general. ¿Cómo la concibieron?

-Hay frases que son más como una foto nuestra y otras que son más como una foto general, lo que sucede en el transeúnte del diagonal ese, un poquito por ahí exagerado, más sintetizado. Pero intenta ser como una pintura urbana de algo que está muy cerca, que es el diagonal. Lo mismo pasó con "6 AM", en el disco anterior (“Siguiente”, 2015). Siempre hay un tema en los discos que habla de algo súper cercano, como de algo próximo, que me gusta mucho pensarlo. Como si fuera un blusero que escribe del borracho de la esquina. Me gusta esa idea nada más que pasada por el filtro nuestro que es más freak y con ese impulso más urgente, más frenético.

-En la bailable “Amarnos” colaboran con Sergio Rotman (Cadillacs). ¿Cómo surgió ese tema?

-Con él nos veníamos viendo, y charlando. Él se acercó a nosotros hace 10 años, en un show en Capital, y cada vez que sacábamos un disco se lo llevábamos y charlábamos. Nos ha ido a ver varias veces y se generó un vínculo. Y él nos pide grabar en el disco de él (“Odio”, 2021), a mí y a Ugo, unas guitarras. Y de ahí, como intercambio, le dijimos "bueno, tocate unos saxofones" y así fue. Cuando grabó, grabó dos saxos y no me terminó de cerrar cómo sonaba, y le mandé un audio y le dije "che, yo quiero que suene como el tema de los Cadillacs, que suena 'pa para papam', se lo dije así como te lo estoy diciendo a vos, y me dice 'ah, sí, pero para eso necesitás un saxo, una trompeta y un trombón", entonces me dijo que si queríamos nos grababa dos saxos y que nosotros le agregáramos una trompeta de algún lado. Y así fue, y quedó.

-Y “Metropolice” lo abre Fito, que hace años los sigue. En 2018, antes del show en el Poli, en una entrevista que le pude hacer definió a La Plata como “la ciudad de mi banda favorita: normA”. ¿Cómo se dio el vínculo con él?

-(risas) Él aparece en una radio hablando de eso, de los "ingenieros empastillados" y me lo manda (al video) un amigo. Yo lo busqué, y un amigo que trabajaba con él, me dijo que le hacían escuchar normA. Le escribí por su Instagram privado y empezamos a escribirnos. Me pasó el contacto de la secretaria para que coordináramos una reunión. Cuando hablo con ella, me dice “estamos yendo a tocar a La Plata, Fito quiere verlos, quiere invitarlos al show”, y nosotros le hicimos la contrapropuesta, que venga al estudio nuestro de Tolosa. Le encantó, compramos mucha cerveza, porque la secretaria nos dijo que toma mucha cerveza, y unas pizzas. Re sencillo, estuvo hermoso. Cayó después del show, con toda la banda, y unos amigos y amigas, y estuvimos tocando y charlando y disfrutando hasta las seis de la mañana. Ahí ya nos quedó el celu y se fueron dando otras cosas, hice algunos trabajos con él de la parte audiovisual (Chivas es realizador audiovisual)

-Y cuando estaban preparando “Cro9uis” pensaste en él.

-Sí. Un día con el tema “Metropolice” se me ocurrió que podía meter un piano, porque tiene una parte que es como una sonata de Beethoven (la 17, “La tempestad”), adaptada a nosotros, y que la terminó haciendo Chicho (de Embajada Boliviana) porque Fito nunca pudo por los tiempos.

-¿Ustedes querían que Fito hiciera esa reversión de la sonata?

-Claro. Me dijo que “sí, por supuesto”, pero con las giras, cuarentena, quilombo... no se pudo. Y un día, desde Los Ángeles, me manda un audio con ese audio que es el inicio del tema y me dice “tengo esto”, y fue eso lo que quedó (risas). Es un audio de WhatsApp un poco mejorado que en lugar de ponerlo en el medio, donde lo teníamos pensado, lo pusimos como intro y quedó increíble.

-En el disco también participa el bajista histórico, Richard (Baldoni), quien además estuvo a cargo del arte de tapa.

-Exacto. Hizo unos sonidos en "Straat", que es un tema que tiene unas partes más dark, y por suerte se enganchó también para hacer el arte de tapa, que fue genial. Yo tenía la idea básica pero él le dio una vuelta de tuerca y fue súper súper fructífero que esté. Aparte yo quería que estuviera, queríamos que estuviera él como símbolo. Sabíamos que el disco podía salir en vinilo (se pondrá a la venta por primera vez el sábado en el Ópera), él es fanático de los vinilos, y nos queremos mucho. Y bueno era lo que tenía que pasar.

-En diciembre, la Rolling incluyó a “Cro9uis” dentro de las 30 mejores producciones del año, ¿cómo recibieron ese elogio?

-Re felices porque lo tomamos como un premio, lo mismo que los vínculos con Sergio, Fito o los 2 Minutos que nos invitaron al show del Luna Park.  Después de tanta preocupación por hacer arte fiel, me parece que son cosas que a la larga se notan. Tal vez hacemos música más para críticos que para el gran público pero es lo que nos sale, es lo más fiel a nosotros: no buscamos más que sentirnos bien tocando, y volvernos un poco locos cada tanto y tratar de torcer un poquito al espectador en el sentido de que escuche más dudas que afirmaciones. 
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-A lo largo de los años, ¿fueron sumando nuevas generaciones de seguidores?

-Vos sabés que sí porque los viejos no están más (risas), los de nuestra edad. Es re loco que suceda eso. Pero hay algo juvenil en lo que hacemos, me parece, como un espíritu de bailar, de querer saltar, divertirse y enloquecerte un poco, ¿no?

-Si tuvieras que recomendarle un modo de escucha a alguien que recién los conoce, ¿por dónde les dirías que empiece?

-Mmm, qué pregunta, está bueno. normA, vos lo dijiste, tiene un recorrido, y es parte de la obra ese recorrido, entonces, sí, recomendaría un tema de cada disco para que sientan la evolución. Haría eso. Arrancar de lo más primitivo a lo más actual.

-Este año están cumpliendo 20 desde su primera actuación. ¿Van a hacer algo para celebrar?

-No, vamos a hacer algo a los 23, dijimos.

-¿Por qué a los 23?

-Porque no nos gustan los números redondos. Algo freak tiene que haber, no podemos festejar los 20 años, no se puede (risas).

-Pero los balances se hacen con los aniversarios redondos (?) así que va la pregunta: ¿cómo analizan el recorrido de normA?

-Nos sorprendemos a nosotros mismos de estar contentos, tocando. Estamos pasando por un re buen momento, de buena onda, comunión, ideas. Tenemos un disco nuevo para grabar. La pasamos re bien y es increíble. Por más que hayamos parado un par de años, para tomar un poco de aire, después de “Siguiente”, es como si no hubiéramos frenado por la maquinaria de ideas y las ganas, sobre todo. Somos una banda totalmente autogestionada, no ponemos plata nosotros ni vivimos de la banda, entonces que siga el proyecto por el solo hecho de tocar y hacer música y de juntarnos eso es súper valorable. Siempre nos van pasando cositas que son como impulsos, como una retroalimentación: trabajás bastante para hacer algo, una canción, y eso se reconoce y te sirve como impulso para seguir.

“normA es un espacio en común para crear: no hay egos, expectativas ni pretensiones de nada, solo ganas de tocar”

 

-Lo acabás de decir: no viven de normA pero, ¿podrían vivir sin normA?

-Me lo he preguntado, y de hecho, en ese parate que hicimos, me di cuenta que no, que me cuesta mucho no tener ese momento de compartir ideas con gente que tiene ganas de tocar, de profundizar en algo que vos agarraste en el aire, que es una idea, una melodía y lo profundizás y empezás a descubrir un elemento nuevo, que es una canción. Es algo re adictivo y lo que está bueno es que somos gente sana, que tiene familia, que laburamos todos los días y que usamos normA como un espacio en común para crear. No hay egos, expectativas ni pretensiones de nada. Es solo las ganas de tocar y pensar en eso: cambiar los sonidos, no aceptar las normas nuestras y todo eso.

-No hay presiones de afuera que a veces lo complica todo.

-Claro. Estaría buenísimo estar de gira pero la tensión entre lo cotidiano y el arte te hace crear, por lo menos a mí me potencia las ideas: estar en un lugar y querer estar en otro hace que se genere una tensión y poder formalizar eso en una canción o en un escrito está buenísimo.

-En algún momento, cuando la banda tuvo más furor, ¿se plantearon la idea de dedicarse sólo a normA?

-Sí. Lo que pasa es que, viste cómo son las cosas, por ahí te ha pasado que te vienen tres cosas al mismo tiempo y cómo la barajás. A mí, como líder de la banda, o como el que lleva las ideas, me pasó que sacamos el segundo disco (“normA”, 2008), nos iba muy bien y me empezaron a salir unos laburos increíbles de lo que a mí me gusta también, que es lo audiovisual (venía de ser camarógrafo del documental "Maradona por Kusturica", que lo llevó a convivir con su gran ídolo). Y al mismo tiempo tenía una familia, que también me encanta. Entonces, había que elegir y obviamente elegí por el trabajo y no la música. Y ahí se podría decir que pasó un trencito, viste. Pero me lo planteé, sí, dije "bueno, me pongo a full, me cago de hambre y después vemos". Pero se dio así, y ya está.

“Cro9uis”, editado en octubre del año pasado, presentará mañana su formato vinilo

 

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