El castigo a Johnson en las urnas

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Guillermo Ximenis

El escándalo de las fiestas en Downing Street durante la pandemia y el incremento del costo de la vida han pasado factura en las elecciones municipales a los conservadores del primer ministro británico, Boris Johnson, castigados especialmente en Londres, Escocia y Gales. Los frutos de ese cambio político los han recogido tanto el Partido Laborista como el Liberal Demócrata.

Aunque los comicios locales han deparado tradicionalmente un voto de castigo al Gobierno de turno en el Reino Unido y los expertos son cautos a la hora de extrapolar resultados hacia unas generales, estas elecciones se han interpretado como una prueba de fuego para medir el tirón político que conserva Johnson, cuya popularidad se ha desplomado en los últimos meses.

El primer ministro admitió que el resultado es “duro” para los “tories” en algunas zonas, tras constatarse un declive en votos en diversas regiones, incluidas circunscripciones del sur de Inglaterra que suelen otorgar escaños para los conservadores en la Cámara de los Comunes.

Según una proyección de la BBC, si estas municipales parciales se hubieran celebrado en todos los ayuntamientos del Reino Unido, los laboristas habrían obtenido el 35 % de los votos, frente al 30 % para los conservadores.

Los mismos resultados en unas elecciones al Parlamento llevarían a Johnson a perder su mayoría absoluta y dejarían a su formación con 278 escaños y al Partido Laborista con 271, según un análisis de Sky News, lo que obligaría a alguna de las formaciones a buscar pactos para formar gobierno.

Como apuntaban las encuestas, los conservadores han sufrido una debacle en la capital británica. Han perdido por primera vez el control del céntrico distrito de Westminster, donde está Downing Street, y de otros dos barrios clave.

Los laboristas han ganado también en Wandsworth, zona acomodada del sur de la ciudad que había votado “tory” durante décadas, y en Barnet, un área al norte con una amplia comunidad judía donde el partido había sufrido en anteriores comicios debido a las polémicas sobre antisemitismo que rodearon a su anterior líder, Jeremy Corbyn.

El actual jefe de la oposición, Keir Starmer, celebró el “fantástico” resultado en las municipales y calificó de “punto de inflexión” su victoria en bastiones conservadores. A pesar del avance en las urnas, su jornada quedó empañada al conocerse que será investigado por la policía por haber violado presuntamente las restricciones durante la pandemia en un evento con colegas de partido en el que compartieron cervezas y comida.

El Partido Liberal Demócrata, caído en desgracia en el Reino Unido tras su gobierno de coalición con los conservadores entre 2010 y 2015, es el mayor beneficiado por el retroceso “tory” en Inglaterra. Suma ahora más de 180 nuevos concejales en Inglaterra, mientras que los Verdes avanzan cerca de 60, los laboristas en torno a 50 y los “tories” pierden más de 300.

“Los británicos merecen algo mejor que este primer ministro desacreditado”, afirmó el líder “libdem” al celebrar los resultados, que calificó asimismo de “punto de inflexión” para su partido. EFE

 

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