El delito sube en La Loma: se metieron a robar en una casa de 25 y 36
Edición Impresa | 12 de Mayo de 2022 | 02:36

Los asaltos y escruches continúan a la orden del día en el barrio La Loma, uno de los más afectados por el accionar delictivo en la Ciudad.
Lamentablemente, en la mañana de ayer, un vecino que vive en la calle 25 entre 36 y 37 se sumó a la larga lista de damnificados por una situación que parece fuera de control.
De acuerdo a lo que pudo saber este diario, el hecho tuvo lugar cuando el hombre salió de su propiedad para ir a realizar trámites personales.
¿LO VIERON IRSE?
Casualidad o no, lo cierto fue que, instantes después, uno o más ladrones se colaron en ese inmueble para alzarse con varios objetos de valor.
Sin que nadie los descubriera, luego se dieron a la fuga y dejaron dentro de la finca los rastros de su impune maniobra.
En cuanto a las pertenencias sustraídas por los “amantes de lo ajeno”, los voceros consultados por EL DIA aseguraron que fueron “dos televisores y una computadora portátil”, lo que hace sospechar que se movilizaban en algún rodado, en el que pudieron cargar el botín.
En ese momento, aún faltaba que el vecino pudiese revisar en profundidad los distintos ambientes de su domicilio, para establecer si también hubo otros elementos que terminaron por engrosar su pérdida.
Asimismo, se indicó que en la comisaría cuarta, con jurisdicción en el lugar del robo, “recién se comunicó el episodio a las 10.45”.
Fue entonces que efectivos de esa seccional se presentaron en la escena del hecho, se interiorizaron con la víctima sobre lo sucedido y comenzaron a adoptar medidas tendientes a tratar de individualizar a los delincuentes.
En tal sentido, se convocó además a personal de la Policía Científica, para determinar si los responsables del golpe dejaron algunas de sus huellas dactilares en la vivienda aptas para cotejo identificatorio.
Se supo que además los detectives efectuaron consultas en el barrio para indagar acerca de la presencia de cámaras de seguridad municipales y privadas, a fin de saber si tanto al momento de entrar como de escapar de la vivienda, los sospechosos quedaron o no filmados.
Entraderas, cuentos del tío, escruches y asaltos en la calle se repiten en La Loma con frecuencia
Por lo pronto, en la seccional de Diagonal 73 se instruyeron actuaciones que se caratularon como “robo”, con intervención de la UFI Nº 9 de Autores Ignorados de La Plata.
Si bien en la cuadra no se brindaron precisiones sobre el ataque en cuestión, en cambio hubo algunos frentistas que se quejaron porque “por acá roban cada vez más seguido, pero solo se ve pasar un patrullero muy de vez en cuando”.
“Los ladrones conocen que es así, no son tontos, por eso se animan a meterse en una casa a robar sin demasiados problemas. Ni en tu propia casa uno puede sentirse seguro. Es increíble”, reflexionó ayer un frentista de algo más de 60 años y que prefirió dejar su identidad en el anonimato.
Esta persona, incluso, ensayó una disculpa al respecto: “Perdón, pero hoy en día los `chorros` manejan internet y son capaces de buscarte y tomar represalias”.
AUDAZ ROBO A POCAS CUADRAS
Pese a que en La Loma se vienen registrando robos en sus diversas modalidades, entre los últimos antecedentes hubo un hecho resonante y que da idea de la impunidad con la que se desenvuelven los delincuentes.
Como lo reflejó este diario en su edición del 1º de marzo último, en la zona de 35 y 22, todavía a plena luz del día, porque fue a las seis de la tarde, un ladrón sustrajo una camioneta Ford F-100 perteneciente al dueño de una verdulería.
Después de haber atendido a su clientela durante toda la mañana, el comerciante almorzó con su familia y alrededor de las 5 de la tarde decidieron dar un paseo.
Concretamente, el plan consistía en trasladarse hasta la casa de un familiar y compartir unos mates.
Según explicó el damnificado en esa ocasión, “para no llegar con las manos vacías decidió detener su marcha en una panadería para comprar unas facturas”.
Cuando volvió de hacer esa compra, la camioneta estaba en su lugar. Pero al salir de su vivienda para dirigirse hasta la de su pariente, advirtió desesperado que el vehículo había desaparecido de la cuadra. Con los cajones de verduras vacíos en la caja del rodado, el delincuente tomó por calle 35 con rumbo desconocido, observaron testigos.
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