VIDEO. Trampas urbanas: un peligro que acecha en varias zonas de la Ciudad

La vía pública de los barrios céntricos y de la periferia platense está llena de alcantarillas al descubierto porque se robaron las tapas

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La ausencia de las tapas que encierran los sistemas de infraestructura urbana en la vía pública representan en la Ciudad un peligro latente -como suelen alertar casi a diario los vecinos que hallan en su barrio alguna de esas faltas-, hasta que ese riesgo se materializa en un accidente. Eso ocurrió en Tolosa, cuando un nene de 7 años se cayó en el pozo de un desagüe que había quedado abierto después de que manos anónimas sustrajeran la cubierta de hierro que lo sellaba. Salvó a la criatura la inmediata reacción de su padre, que se metió en el foso y lo rescató -ver aparte-.

Son, los pozos a “cielo abierto”, uno de los males crónicos platenses, tanto que el desafío consiste en caminar algunos metros, ya sea en el casco céntrico como en los barrios de la periferia, y no encontrar huecos, en la vereda o la calzada, producidos en las redes de servicios públicos vandalizadas. Desde hace años que se cuentan por docenas las tapas de metal desaparecidas de los espacios públicos por obra de los hurtos. La “foto” repetida en distintas zonas es la del pozo señalizado como peligroso, con palos, tablas y hasta ramas, por los mismos vecinos; escena que puede llegar a mantenerse semanas sin que la cubierta original se sustituida por otra.

Las “trampas urbanas” son más peligrosas aún a la noche. Es muy difícil advertirlas

Un ejemplo cabal de la cantidad de trampas urbanas que presenta la Ciudad es la “seguidilla” en la calle 23, en su recorrido por el barrio La Loma, ya que hay dos pozos en el cruce con la 32 y luego uno con la 33, la 34, la 35 y la 36: en todas esas cuadras faltan las tapas correspondientes a sumideros de pluviales, sistema de cloacas o la red de agua corriente.

Un vecino de La Loma que conoció la noticia del nene rescatado por su padre comparó el pozo del reciente accidente -26 y 530- con los que registró a lo largo de la calle 23. “Son tan peligrosos como el de Tolosa. El robo de tapas genera que en cualquier momento pueda ocurrir una tragedia”, subrayó el hombre.

En rigor, el robo de cubiertas de metal afecta una enorme extensión de zonas. Un recorrido efectuado por EL DIA dio cuenta de que de un total de 25 desagües, sólo 7 se hallan debidamente cerrados; al resto les falta la tapa y, en la gran mayoría de esos casos, se da el alerta del peligro con alguna señalización precaria. Cuatro de los sumideros que se ven cerrados fueron tabicados recientemente con una pieza de cemento.

Sin tapa se encuentran, por mencionar tan sólo algunos de los casos con faltantes que detectó este diario, alcantarillas de 48 y 24, 49 y 26, 27 y 41, 41 y 29, 41 y 30, 43 y 25, 62 y 29, 31 y 58, y 27 y 78.

Estas llamadas “trampas urbanas” resultan mucho más peligrosas en las horas de la noche, cuando la luz es escasa y advertirlas, para cualquiera, se vuelve una misión prácticamente imposible.

Lo ocurrido ahora en Tolosa recordó un caso de octubre de 2016 en Ringuelet cuando un nene de 11 años que caminaba por 1 y 515 bis se cayó en un profundo hoyo del pavimento y por fortuna también pudo ser rescatado.

 

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