Sancionarían al patriarca de la Iglesia ortodoxa rusa
Edición Impresa | 5 de Mayo de 2022 | 02:15

La Comisión Europea propuso sancionar al jefe de la Iglesia ortodoxa rusa, el patriarca Kirill, como parte de un sexto paquete de medidas en respuesta a la guerra en Ucrania, según un documento conocido ayer. La nueva lista, que aún debe ser aprobada por los Estados miembros, incluye a 58 personalidades sancionadas, entre ellas, además de Kirill, a muchos militares rusos, así como a la esposa, la hija y un hijo del portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
El patriarca Kirill, responsable de los cristianos ortodoxos rusos desde 2009, puso a su iglesia al servicio del presidente Vladimir Putin, con el que comparte su ambición de una Rusia conservadora y fuerte, y apoyó la ofensiva de Moscú en Ucrania.
Desde hace muchos años, el dirigente religioso, de 75 años, no duda en mostrarse bendiciendo armas y misiles, ni en justificar la represión de la oposición y de los medios independientes.
Él, igual que Putin, también ve a Ucrania y a Bielorrusia como países “hermanos” que debieron permanecer bajo la férula de Moscú, y no como naciones diferentes.
El patriarca ha multiplicado las declaraciones de apoyo a la ofensiva rusa en Ucrania. La Comisión europea quiere sancionarlo, lo que ya hizo con Putin y otros responsables rusos.
El 27 de febrero, tres días después del inicio de las hostilidades, Kirill había calificado de “fuerzas del mal” a los detractores de las ambiciones rusas en el país vecino. En abril, llamó a los rusos a “estar unidos” para combatir a los “enemigos exteriores e interiores”.
LA SUGERENCIA DE FRANCISCO
El Papa católico Francisco, que se entrevistó con Kirill en marzo, había instado al patriarca “a no utilizar el lenguaje de la política y sí el de Jesús”. El apoyo de Kirill a Putin no es en absoluto una sorpresa. Kirill, que en 2009 sucedió al difunto patriarca Alexis -quien había reconstruido la Iglesia tras la caída de la URSS y de su sistema ateo- ha convertido la ortodoxia rusa en una verdadera maquinaria político-religiosa al servicio del Kremlin.
En 2012, proclamó que el reinado de Putin es “un milagro de Dios” tras la crisis postsoviética de los años 1990. Kirill también es detractor de los gays y elogia la ley deseada por Putin que prohíbe “la propaganda de la homosexualidad a los menores”, texto considerado por las ONG como un instrumento homófobo. (AFP)
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