Locales en jaque por el vandalismo y el delito
Edición Impresa | 16 de Junio de 2022 | 02:47

La preocupación viene calando hondo entre los comerciantes de Los Hornos. Y no es para menos ya que los episodios de inseguridad en este sector de La Plata se han convertido ya en parte del paisaje habitual de calles como la 137.
Hurtos callejeros, asaltos a mano armada y lo que nunca falta en una zona comercial: los robos en los que se aplica la modalidad conocida en la jerga urbana como “mecheras”.
La situación ha llegado a un nivel de gravedad tal que la Asociación Comercial de Los Hornos (ACLHO) viene reclamando en forma desesperada soluciones a las autoridades para ponerle freno al accionar delictivo.
Si bien se han ensayado algunos operativos que han logrado reducir la cantidad de hechos de inseguridad durante unos pocos días, los delincuentes dotados de una gran capacidad de mutación han puesto en marcha nuevas modalidades para evadir el horario pico de los controles y así poder alcanzar la máxima eficacia a la hora de llevar adelante un atraco.
En este marco, la reciente adaptación que han desarrollado es hacer estallar los blindex de los negocios, una modalidad bastante conocida en otros sectores de la Ciudad pero que en Los Hornos se encuentra en pleno auge.
Durante un extenso tiempo estuvo de moda en el centro platense. Incluso, en la actualidad este tipo de ataques, que aparentemente son cometidos por “la Banda del adoquín”, vienen siendo el principal dolor de cabeza de los comerciantes apostados en el centro de City Bell.
Si bien al principio se llegó a pensar que se trataba de casos aislados, dos hechos ocurridos ayer por la madrugada confirmaron a los comerciantes de Los Hornos que se trata de un delito que se encuentra en franco ascenso.
Uno de los robos se produjo en la lencería Abril, ubicada sobre calle 137 entre 63 y 64. El otro golpe fue dado en la casa Garbo, de venta de indumentaria, emplazada en 63 entre 137 y 138.
Como sucede en este tipo de hechos, en ambos locales el costo de los destrozos fue mucho mayor al botín sustraído. S
Prendas y dinero
Se supo que los sujetos que rompieron los cristales para acceder a los negocios terminaron escapando con algunas prendas y el dinero del cambio que hallaron en la caja.
Se trató de golpes que fueron cometidos en menos de un minuto y fuera del rango horario de los recorridos policiales.
Para los comerciantes de la zona, los ladrones con los dueños de la calle y apenas comienzan a ver cambios inmediatamente adoptan estrategias diferentes para poder delinquir sin ser vistos ni atrapados.
Ambos hechos se suman a la situación que aconteció la semana pasada en una heladería de 137 entre 64 y 65, en donde un malviviente rompió una vidriera para ingresar al local sin importarle que su dueña aún estaba dentro, haciendo la caja del día.
Cecilia, dueña de uno de los comercios asaltados, contó que como todas las noches, esperaba a su pareja para cerrar el local, cerca de las 20, cuando se produjo el ataque.
“Tenía la puerta cerrada con llave y estaba detrás del mostrador haciendo la caja cuando escuché que manoteaban la puerta. Al levantar la vista vi a un tipo. Después de decirle que estaba cerrado, empezó a golpear el vidrio con el hombro hasta que logró romperlo y pasar. Prácticamente lo atravesó. Corrió hasta el mostrador me tiró a un costado y se llevó el dinero de la caja”, narró Cecilia.
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