Temperaturas extremas: una amenaza cada vez más presente

Mientras Europa vive un verano tórrido que deja cientos de víctimas fatales, en nuestra región el mes de junio fue uno de los más fríos desde 1961 en el marco de un invierno con marcas límite más habituales

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Cientos de muertos, proliferación de incendios, degradación del aire y una escasez de agua que lleva a encender las alarmas en la agricultura configuran el difícil escenario que buena parte de Europa enfrenta desde el 10 de julio, a partir de una ola de calor de características inusuales que amenaza con dejar marcas históricas, por lo elevadas, tanto en las temperaturas máximas como en las mínimas, según previsiones de la Organización Meteorológica Mundial.

La relación de este tipo de fenómenos con el cambio climático no tarda en aparecer en el análisis de los expertos: durante el mes de junio, cuando otro episodio similar sorprendió al viejo continente en plena primavera -un momento en que no son habituales- la OMM ya había advertido que “como resultado del cambio climático las olas de calor empiezan antes y se vuelven más frecuentes y severas debido a la concentración de gases de efecto invernadero que concentran el calor”.

Las advertencias de los especialistas van más allá y destacan que no sólo las olas de calor tienden a hacerse más frecuentes, largas e intensas, sino que otros fenómenos climáticos extremos, como inundaciones o sequías, se pueden hacer más habituales con los cambios que experimenta el clima.

Pero el calentamiento global y la mayor frecuencia de las olas de calor no implica que los inviernos vayan a hacerse necesariamente más amables. Un estudio realizado por investigadores israelíes a principios de este año advirtió que el cambio climático ya está causando una “intensificación considerable” de las tormentas de invierno en el hemisferio sur a un nivel que los científicos no preveían que ocurriera hasta el año 2080. El documento fue publicado por científicos del Instituto de Ciencias Weizmann en la revista Nature Climate Change.

Otra investigación, realizada por la Universidad de Drexel (EEUU) mostró cómo aumentan las muertes en ciudades de América Latina ante la exposición a temperaturas extremas, tanto altas como bajas, y estimó que algo más de 900.000 muertes entre 2002 y 2015 podrían haber sido causadas por ese factor en grandes ciudades latinoamericanas.

Lo cierto es que mientras durante la última semana ola de calor sacude a Europa el frío extremo dice presente en nuestro país con intensas tormentas de nieve y viento que en las últimas horas mantenían en estado de alerta a siete provincias, mientras en la ruta 7 permanecían varados 3.000 camiones a causa de las nevadas.

Todo en el marco de un invierno en el que, para nuestra Región, el Servicio Meteorológico Nacional pronosticó una mayor ocurrencia de temperaturas extremas. Al mismo tiempo, según SMN, el último otoño fue el quinto otoño más frío que registró el país en los últimos 62 años.

En nuestra Región, en tanto, los datos que maneja la Municipalidad y que surgen de los registros de la estación meteorológica del Aeropuerto, dicen que el último junio fue más frío que lo normal y sus marcas se colocaron entre las más bajas desde 1961. “Desde febrero de este año las temperaturas mínimas han sido mucho más bajas que lo normal”, indicaron las fuentes municipales.

Para Horacio de Beláustegui, que es presidente de la platense Fundación Biosfera, veedora en representación de la Sociedad Civil de las Cumbres Internacionales de Cambio Climático desde hace 30 años, las temperaturas extremas están cada vez más presentes y obligan a elaborar respuestas de las que participe la sociedad civil, el mundo académico y el estado.

De Belaustegui asegura que “el aumento de las temperaturas promedio de la Tierra como consecuencia del efecto invernadero potencia todos los fenómenos climáticos extremos y está avanzando mucho más rápido de lo que se pensaba”.

Para De Belaustegui, “teniendo en cuenta el último verano que tuvimos en la Argentina, las olas de calor que está viviendo Europa deberían actuar como un llamado de atención para tomar medidas preventivas, porque podríamos enfrentar un escenario similar en nuestro verano”.

Para el especialista, en este contexto se hace necesario tomar medidas para afrontar las temperaturas extremas no con planes de contingencia, sino con estrategias de resiliencia que comprometan a la sociedad civil, a los académicos y al estado.

“El año pasado tuvimos casi dos semanas de temperaturas altísimas. También este verano las tendremos y es necesario tomar previsiones, sobre todo en lo que tiene que ver con el riesgo para la producción de alimentos”, dice de Belaustegui.

“Uno de los trabajos y estudios a encarar es la búsqueda de especies vegetales resistentes para hacer frente a las temperaturas extremas en las explotaciones de la zona. Otra de las acciones urgentes es trabajar sobre los reservorios de agua para que no tengamos sorpresas en verano, con olas de calor cada vez más frecuentes y severas, que comprometan la producción de alimentos”, dice de Belaustegui.

El avance de las temperaturas y los eventos extremos “van a poner en riesgo la provisión de agua y la biodiversidad, así como también a la población más vulnerable, representada por las personas mayores y los niños. Es por eso que es necesario comenzar a trabajar para responder a estas circunstancias a través de acciones planificadas con tiempo”, sostuvo el dirigente.

De Belaustegui consideró además preocupante que “ante el avance de los fenómenos climáticos extremos los estados no estén considerando una prioridad a la cuestión climática, aún cuando el año 2030 es una bisagra. Nuestro proceso evolutivo se está poniendo en riesgo y la sensación es que se está jugando con fuego”.

“un anticipo del futuro”

“Esta es la segunda ola de calor que tenemos en España en los últimos días. La primera se registró con temperaturas, en Zaragoza, de entre 41 a 45 grados durante una semana, una cosa inédita. Después bajó un poco y esta última semana también fue letal aún cuando Zaragoza es una zona con un clima desértico donde hay una cultura del calor extremo”, dice Nicolás Casinelli, platense residente en esa ciudad de España y agrega “en España la preocupación por el calor extremo es de siempre, porque la península tiene muchas zonas de clima seco, entonces crece la inquietud por los incendios forestales que dejan una gran pregunta sobre cuáles son provocados y cuáles no”.

La ola de calor que sacude a Europa podría extenderse al menos hasta mañana, según las previsiones meteorológicas, aunque eso podría no traer tranquilidad al viejo continente por mucho tiempo. Según indicó la portavoz de la OMM, Clare Nullis, en la ciudad suiza de Ginebra, durante el otro pico de calor registrado en junio, éstas podrían ser “un anticipo del futuro”.

“Como resultado del cambio climático, las olas de calor comienzan antes y se vuelven más frecuentes y severas debido a las concentraciones récord de gases de efecto invernadero que concentran el calor”, explicó la representante del organismo internacional.

Ante la emergencia sobre el estado del clima mundial, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático analiza que, con el incremento de las temperaturas en más de 1.5 grados, se sobrepasará el límite del Acuerdo de París, incrementándose las olas de calor y provocando que los veranos sean más largos y los inviernos más cortos.

Esto traería también consecuencias nefastas para el desarrollo de actividades productivas como la agricultura, así como para la salud humana.

La ola de calor también se hizo sentir en los últimos días en países como China y Estados Unidos.

En China las altas temperaturas en el este del país llevaron a varias ciudades a abrir antiguos refugios antiaéreos como cobijo frente al calor. Las temperaturas han superado todos los récords históricos en buena parte del país, mientras que algunas regiones han sufrido inundaciones.

En Estados Unidos más de 40 millones de personas estuvieron en los últimos días bajo alertas de calor, mientras las temperaturas peligrosas continuaban afectando a buena parte del país.

 

 

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