El papa Francisco pidió perdón por el papel de la Iglesia Católica en los abusos a niños indígenas
| 25 de Julio de 2022 | 16:41

En su “viaje de penitencia”, el papa Francisco pidió perdón por “el mal que tantos cristianos cometieron contra los indígenas” de Canadá y lamentó la colaboración de su Iglesia en lo que calificó de “destrucción cultural” en el marco de la política canadiense de asimilación forzosa de los pueblos nativos a la sociedad cristiana, que condujo a generaciones de traumas y abusos.
“Estoy dolido. Pido perdón por la forma en la que muchos miembros de la Iglesia y de las comunidades religiosas cooperaron, también por medio de la indiferencia, en esos proyectos de destrucción cultural y asimilación forzada”, dijo ante una multitud de indígenas de Primera Naciones, Metis e Inuit en Maskwacis, los tres principales grupos de Canadá, en la provincia de Alberta.
“El lugar en que nos encontramos hace resonar un grito de dolor”, afirmó el pontífice argentino de 85 años. “Con vergüenza y sin ambages, pido humildemente perdón por el mal cometido por tantos cristianos contra los pueblos indígenas”.
Juntando las manos bajo la barbilla, Francisco rezó en un cementerio cercano al emplazamiento del antiguo internado indígena de Ermineskin, ahora en gran parte derribado, antes de ser escoltado por cuatro jefes ante una reunión de miles de indígenas.
Uno de los anfitriones del evento, el jefe Randy Emineskin, de la nación Ermineskin Cree, hizo un balance de la importancia histórica del día, mientras esperaba al Papa en un estacionamiento cercano.
“Los miembros de mi última familia ya no están aquí con nosotros, mis padres fueron a la escuela residencial, yo fui a la escuela residencial”, dijo, vestido con un tocado tradicional de plumas Cree. “Sé que están conmigo, que me escuchan, que me observan”.
Muchos de los asistentes llevaban trajes tradicionales, como faldas con cintas y chalecos con motivos nativos. Otros llevaban camisetas naranjas, que se han convertido en un símbolo de los supervivientes de los internados, en honor a la historia de una mujer que recordó que le confiscaron su remera naranja favorita a llegar a un internado y la sustituyeron por un uniforme.
En la ceremonia de bienvenida, Francisco besó la mano de una superviviente de un internado, la anciana Alma Desjarlais de las Primeras Naciones de Frog Lake, un gesto de humildad y deferencia que ya ha utilizado en el pasado al reunirse con supervivientes del Holocausto. Muchos supervivientes viajaron al evento.
El gobierno canadiense ha admitido que los abusos físicos y sexuales eran frecuentes en las escuelas cristianas financiadas por el gobierno que funcionaron desde el siglo XIX hasta la década de 1970. Unos 150.000 niños indígenas fueron apartados de sus familias y obligados a asistir a ellas entre 1881 y 1996, en un esfuerzo por aislarlos de la influencia de sus hogares, lenguas y culturas nativas y asimilarlos a la sociedad cristiana de Canadá.
El viaje de seis días de Francisco- que también incluirá otros lugares de Alberta, así como la ciudad de Quebec e Iqaluit, Nunavut, en el extremo norte- se produce después de las reuniones que mantuvo en primavera en el Vaticano con delegaciones de los grupos. Esas reuniones culminaron con una histórica disculpa el 1 de abril por los “deplorables” abusos cometidos por algunos misioneros católicos en los internados.
Muchos niños pasaron hambre, fueron golpeados y sufrieron abusos sexuales en hechos perpetrados por la Iglesia que la Comisión de la Verdad y la Reconciliación de Canadá ha llamado como “un genocidio cultural”. En un informe de la Comisión, llamaron al Papa a disculparse por los abusos en suelo canadiense.
En el último año se encontraron cientos de posibles lugares en los que se habría enterrado a niños en antiguas escuelas, lo que despertó la atención internacional sobre el legado de las escuelas en Canadá y sus homólogas en Estados Unidos.
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