Lo que jamás se dice cuando nos dan una dieta restrictiva

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Agustina Murcho

Licenciada en Nutrición

Lo que voy a mencionar ahora jamás se dice cuando nos dan una dieta restrictiva. No solamente las consecuencias son el descontrol alimentario posterior, el efecto rebote y la falta de nutrientes. Suceden cosas a nivel hormonal y químico que no se dicen y es necesario que se sepa para que antes de hacer una dieta, lo recuerden:

Entre las consecuencias de hacer dieta restrictiva se encuentra el aumento del cortisol: la restricción genera mucho estrés, lo cual hace que tarde o temprano necesitemos comer para calmarlo. El cortisol alto genera también grasa abdominal.

Otro de las consecuencias es el aumento de la ghrelina, la hormona del hambre, generada en el estómago, la cual a nivel cerebral estimula el NPY que también aumenta las ganas de comer.

También se produce un aumento del deseo. Todo lo que nos prohibimos se desea más, por lo tanto, en algún momento se generará un descontrol alimentario y eso prohibido será muy difícil de frenar.

Se ha comprobado también una disminución de serotonina, el neurotransmisor que regula el estado de ánimo, sueño y motivación. Por eso, cuando estamos a dieta no podemos dormir, estamos irritables y sin ganas de nada. Y este desequilibrio emocional y de sueño también hará que en algún momento haya descontrol.

Hay a su vez una disminución de leptina, la hormona de la saciedad, la cual va a bajar sus niveles para llevarnos a comer. y una disminución de amilina y péptido yy, los encargados de dar saciedad, de retardar el vaciamiento gástrico y regulan la ingesta por placer.

Como puede verse el cuerpo se defiende. Siempre que haya una restricción muy grande de calorías, nutrientes y placer, todo esto se desajusta. Y todo explica por qué hay efecto rebote, descontrol alimentario y por qué luego de una dieta, cada vez cuesta más bajar de peso.

No menos importante es el aislamiento social que suelen traer aparejado las dietas restrictivas, dado que muchas personas dejan de ir a eventos sociales para no caer en la tentación. Y el hecho de que la restricción genera obsesiones muy fuertes que aumentan la probabilidad de desarrollar un trastorno alimentario.

 

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