La inseguridad, sin descanso: asaltaron a dos jubilados en Los Hornos

Tras irrumpir en una casa ubicada en 68 entre 146 y 146 bis, cuatro delincuentes encapuchados despertaron a los propietarios, de 82 y 85 años, y los despojaron de dinero en efectivo, relojes y las alianzas matrimoniales

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Un matrimonio de jubilados vivió horas de desesperación y angustia durante la madrugada del sábado luego de que fueran sorprendidos por al menos cuatro ladrones armados y “muy violentos”.

Según apuntaron fuentes policiales, el hecho ocurrió alrededor de las 5 de la mañana cuando ambos adultos mayores se encontraban descansando en su casa de calle 68 entre 146 y 146 bis.

En base a lo que pudo averiguar este diario, ambos jubilados de 82 y 85 años de edad fueron increpados en primera instancia por dos sujetos que se encargaron de despertar y amedrentar a las víctimas hasta quebrar su voluntad. Luego se sumaron al golpe otros dos cómplices.

Hasta el momento se tiene que los sujetos penetraron la propiedad por el frente luego de desmontar un portón de rejas.

Superada esta primera etapa de la hoja de ruta delictiva que se trazaron, dos hampones (muy probablemente los más ágiles del clan) ingresaron a la casa por una ventana trasera y los restantes aguardaron en la puerta.

Con sumo sigilo, avanzaron por la morada hasta que llegaron a la habitación de los propietarios.

Entregados a un profundo sueño, los damnificados recién tomaron conciencia de la presencia de intrusos en su hogar cuando los ladrones comenzaron a moverlos.

Sin mediar palabra, ante los rostros sorprendidos y temerosos de sus víctimas los malvivientes exigieron a la pareja que guardara silencio mientras registraban su vivienda.

Fundados en la seguridad de que la casa estaba bajo su control, hicieron pasar al resto de los integrantes de la banda.

Según indicaron los abuelos a la policía, los cuatro malvivientes estaban vestidos con ropa negra y tenían el rostro cubierto con una especie de capucha “que en ningún momento se la sacaron”.

Como suele ocurrir en los atracos a jubilados, los ladrones se aprovecharon de las limitaciones físicas y de las complicaciones en la salud de las víctimas.

En este sentido, los problemas en la visión, la lentitud en los movimientos, el nivel de audición y el miedo a quedar “estropeados”, son factores que, en cierta medida, explican por qué los jubilados encabezan la lista de víctimas de robos en la Región.

Lo cierto es que sin chances de poder enfrentarlos, escapar o pedir auxilio, al matrimonio no le quedó otro remedio que observar a los sujetos inmiscuirse en sus pertenencias en busca de objetos de valor.

Tan grosera estaba siendo la invasión a su intimidad que el hombre reclamó a uno de los ladrones que dejara de hurgar en un cajón de su esposa. Fue en ese momento que se vivió, por caso, el momento más álgido de la noche.

El reclamo fue interpretado por los malvivientes prácticamente como un insulto. Y en ese marco, aprovecharon para amenazarlo en reiteradas oportunidades con que los golpearían ferozmente si no revelaban dónde tenían guardados sus ahorros.

Finalmente, tras una hora de registro y de interrogatorio, los sujetos lograron armar un botín compuesto por dinero en efectivo, relojes, dos alianzas de oro, cadenetas y pulseras de oro.

Sin que nadie se percatara de la situación, la banda delictiva abandonó la propiedad por el mismo lugar que habían elegido para entrar. En ese marco, por la tarde de ayer la policía recolectó imágenes de cámaras de seguridad de la zona para obtener alguna pista que conduzca a los hampones.

Esta situación tuvo lugar en un sector de Los Hornos separado por poco más de diez cuadras de la denominada “Megatoma”. Para los vecinos se trata de un dato “que no debería pasarse por alto a la hora de analizar el tema de la inseguridad”.

Según afirman, es “indudable que el delito en Los Hornos viene creciendo en forma desmedida desde que se llevó adelante la ocupación de las tierras del ex Club de Planeadores. Quienes residen en esta comuna platense, indican que existe una estrecha relación entre esta toma y el aumento de la delincuencia.

Los atracos en la zona comercial en los que se aplican todo tipo de modalidades. Las entraderas y escruches que se encuentran a la orden del día. Los robos callejeros perpetrados por motochorros. El vandalismo y el ensañamiento con los establecimientos educativos en donde, a decir de los educadores, ya no queda nada más por robar.

Según denuncian, todos estos delitos se han ido incrementando en el último año hasta conformar un diagrama delincuencial que prácticamente hace imposible llevar una vida tranquila en Los Hornos.

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