Violenta entradera en Altos de San Lorenzo

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La habitual rutina de sacar su vehículo del garaje de su casa del barrio Altos de San Lorenzo terminó, en la mañana de ayer, con la situación más temida: una entradera cometida por delincuentes que portaban armas de fuego y estaban encapuchados.

Este episodio de inseguridad se produjo en una vivienda ubicada en 76 entre 23 y 24. Fue una hora y cuarto después del asalto sufrido por una jubilada de 82 años a unas 10 cuadras de allí, en 73 y 14 (ver nota central).

Y de acuerdo a los relatos efectuados a este diario en ambos domicilios, existen algunas similitudes en el “modus operandi” de quienes cometieron esos atracos. Por eso, los investigadores sospechan que pudo haber actuado la misma banda.

“En los dos asaltos, participaron una similar cantidad de delincuentes, estaban encapuchados y con guantes, encañonaron a sus víctimas, curiosamente no les robaron celulares y además los dos hechos ocurrieron con poco tiempo de diferencia y dentro de una misma zona”, detalló uno de los detectives.

“LA HICIERON TIRAR AL PISO”

Candela Blanco (48) es hermana y cuñada, respectivamente, del dueño de esa finca, de 39 años, y su esposa, de 38.

Ayer a la tarde, cuando este diario se presentó en ese domicilio, fue quien atendió a EL DIA y comentó que los propietarios de la casa “fueron avisados de que encontraron el Peugeot 2008 que les robaron los asaltantes en la entradera de esta mañana (por la de ayer) y fueron al lugar que les indicó la Policía para recuperarla”.

Sobre el atraco, informó que “fue a las 7 y media de la mañana, cuando mi hermano sacaba el vehículo del garaje y justo pasaron cuatro ladrones en dos motos. Vieron la ocasión de entrar a robarle y aprovecharon para hacerlo”.

Enseguida citó: “Mi hermano pensó que lo que querían eran llevarle el coche, pero le dijeron que se metiera dentro de la casa con ellos”.

En el interior de la vivienda, su mujer y su hija de 10 años quedaron atónitas y aterradas al observar a los maleantes.

“A mi hermano le pusieron un revólver en la cabeza y a mi cuñada la obligaron a tirarse al piso. Pero mi sobrina se puso a llorar, impresionada por la imagen de su padre siendo apuntado con un arma de fuego. Entonces, mi cuñada les pidió de encerarse con la nena en el baño y se lo aceptaron”, reveló Candela. En cuanto a lo sustraído por la banda, indicó que “sólo se llevaron dinero (dijo no saber el monto, aunque un calificado vocero policial aseguró que fueron 60.000 pesos) y el coche que abandonaron”.

 

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