Entradera en Barrio Jardín: sacaba el auto y la tomaron por el cuello
Edición Impresa | 28 de Agosto de 2022 | 03:38

Las entraderas a vecinos en momentos en que llegan o salen de sus viviendas es una modalidad delictiva que desde hace unos días se viene expandiendo peligrosamente por diversas zonas de la Ciudad.
Con una particularidad: en casi todos los casos fueron protagonizadas por grupos de cuatro maleantes que se movilizaron en dos motos.
Nadie, por el momento, pudo aseverar si se trata de ladrones que pertenecen a una misma banda, pero el modus operandi es bastante similar en los casos registrados.
El último de los atracos ocurrió a tempranas horas de la mañana del viernes, en 82 entre diagonal 618 y 116.
La víctima, en esta oportunidad, resultó ser una docente de 48 años, quien al cabo de apenas 5 minutos de soportar reiteradas frases intimidatorias de quienes entraron por la fuerza en su domicilio, fue despojada de 10.000 pesos y 100 dólares.
“ME AGARRARON DEL CUELLO”
En la tarde de ayer, ya más tranquila pero con igual indignación e impotencia, la damnificada, Lorena Lema (48), le contó a EL DIA los pormenores del episodio.
“Esto pasó a las 7 de la mañana de ayer (por el viernes), apenas saqué mi auto del garaje y bajé para cerrar el portón”.
Antes que lograra hacerlo, fue abordada por los delincuentes. ”Eran cuatro y llegaron en dos motos. Enseguida uno me agarró del cuello y me obligó a entrar bajo amenazas y atrás se metió uno de los cómplices”, detalló.
Dentro del domicilio, Lema indicó que “en todo momento” durante los 5 minutos que duró el asalto, fue llevada de un ambiente a otro por el mismo ladrón sujetándola del cuello.
“Primero me dijo de ir a mi pieza, mientras me preguntaba si había alguien más en la casa, pero le contesté que en ese momento estaba sola”, reflejó luego.
Asimismo, mencionó que ambos delincuentes “pedían dólares”, a lo cual les respondió que “sólo tenía un billete de 100. Me pusieron mala cara y no me creían, pero les dije que siendo docente no puedo tener un ahorro en dólares”.
La incesante búsqueda de más efectivo que realizaron los indeseables visitantes posibilitó que, momentos después, encontraran también 10.000 pesos.
“Fue todo lo que me robaron, los 10.000 pesos y los 100 dólares”, precisó Lema.
También refirió que “se quedaron igualmente con las ganas de encontrar más dinero, lo mismo que de joyas que me pidieron pero que no tengo”.
A esta vecina asaltada, de todas maneras, le llamó la atención que pese a que al parecer los maleantes tenían expectativa de un mejor botín, “agarraron mi celular y creí que era para robarlo. Pero simplemente lo apagaron y lo dejaron arriba de una mesa. Tampoco se llevaron una mochila”.
Los delincuentes no sumaron a su botín un celular y la mochila de la mujer, para sorpresa de ella
Posteriormente, señaló que “estos pibes tendrán unos 25 años. El que me tenía agarrada estaba con un barbijo y el otro estaba encapuchado”.
Acotó que “los dos estaban con armas de fuego”.
“TE VOY A PEGAR UN TIRO”
Durante el asalto, quien no dejó de atormentar a la víctima de la entradera fue el delincuente que la sujetaba del cuello.
Lo hizo con frases que colman de miedo a cualquiera: “Me decía ‘te voy a pegar un tiro’, también ‘No te quiero pegar’ y además, de entrada, me amenazó diciéndome ‘Quedate quieta, están entregada, no te hagas la local de gritar’. Quería mantenerme asustada” expresó Lema.
Hasta este último asalto, el único hecho de inseguridad que había sufrido al damnificada se había registrado el año pasado.
Al respecto, contó: “Saqué la basura a la vereda de noche y vi que se aproximaba hacia mí una moto con dos pibes y las luces apagadas. Me di cuenta que querían robarme y corrí rápido y puede entrar a casa. Entonces, escaparon”.
EL CASO DE LOS TREPAMUROS
A pocos metros de donde sucedió la entradera a Lema, tres integrantes de una banda delictiva de adolescentes, luego de treparse al muro perimetral de una casa en construcción de diagonal 618 entre 82 y 83, le robaron a la joven pareja propietaria insumos y herramientas.
Los damnificados, Maxi y Angie, no ocultaron en ese momento su desazón debido a que, argumentaron, ellos mismos se encargan de hacer algunos trabajos porque terminar su vivienda les representa un enorme gasto. “Y después nos vienen a robar”, lamentaron.
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE