Testigos de cambios culturales y de la vida de generaciones

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El vínculo con miles de alumnos a lo largo de décadas en distintas instituciones educativas, convierten a los docentes en testigos privilegiados de cambios culturales y de la vida de distintas generaciones. Esa posibilidad -como ocurre en el caso de la profesora Marta Mabel Currao y de todos los educadores con un amplio recorrido- les da de primera mano la oportunidad de entender, como pocos, problemáticas, necesidades, sueños, desafíos y temáticas que atraviesan a los estudiantes en una etapa clave como es el Secundario. Y desde allí avanzar en un ida y vuelta con ellos, que va más allá de la materia en cuestión o de los objetivos que deben cumplirse. Les da una panorama cabal sobre cómo van evolucionando las generaciones y la importancia de adaptarse a situaciones nuevas, en el proceso de formación de personas. Allí, queda claro que más allá de los contenidos que se aprenden, resulta fundamental el rol de guía que tienen los buenos educadores para apuntalar, brindar herramientas, marcar con firmeza errores, entender que se está en un camino en el que deben ocurrir los errores y dar una segunda oportunidad, cuestiones por las cuales serán seguramente recordados siempre por sus alumnos.

 

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