Locura por Messi, que la justificó con otra actuación llena de magia

Edición Impresa

Lionel Messi, el jugador al que todos fueron a ver al Red Bull Arena de Nueva Jersey, entró en acción a los 10 minutos del segundo tiempo, cuando Lionel Scaloni dispuso su ingreso en lugar de Lautaro Martínez en una ventaja que incluyó el ingreso de Enzo Fernández por Guido Rodríguez.

Por más que Messi estuvo sentado en el banco de los suplentes, fue uno de los más observados por el público, incluso con el juego en pleno desarrollo.

La expectativa generada a partir de su figura creció en la etapa complementaria, más todavía cuando comenzó a realizar movimientos de tipo precompetitivos afuera de los límites del campo de juego.

Por entonces comenzó una cuenta regresiva que hizo estallar las tribunas cuando el abanderado de la Selección nacional corrió en dirección al técnico, y tras los movimientos correspondientes se dispuso que entrara a jugar lo que restaba del último ensayo formal de Argentina camino al Mundial.

Ni bien tuvo la posibilidad de recibir la pelota, Messi hizo lo posible para elaborar una jugada lo más rápido posible en dirección al arco de enfrente en busca del segundo gol de la noche. Enchufado, el “10” parecía dispuesto a recuperar los minutos que había perdido a causa de un resfrío que complicó su salud en las horas previas al amistoso de preparación frente a Jamaica.

A esta altura ya tenía el brazalete de capitán que Ángel Di María le entregó antes de su ingreso al terreno.

La locura causada por Messi llegó a su máxima expresión en un fanático que burló a los controles de seguridad e ingresó a la cancha en busca del ídolo cuando se jugaban 18 minutos. Un ejército de guardias lo controló en el medio del campo de juego y lo sacó a pesar de su resistencia.

Hizo fácil lo difícil, y tras un par de corridas con olor a gol, a los 40 minutos cruzó un zurdazo abajo que aumentó la ventaja y a los 43, de tiro libre, selló el 3-0 con su gol número 90 en la Selección.

 

Selección
Argentina
Jamaica

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE