Merchandising del horror: la historia detrás de la venta millonaria de los anteojos de Barreda

El cuádruple femicida se los regaló antes de morir a una amiga que lo visitaba en su pensión de José C. Paz. “Cuando me muera vas a poder venderlos y van a salir guita”, le había vaticinado a la mujer. ¿Se vendieron?

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Treinta años después del cuádruple femicidio contra su esposa, sus dos hijas y su suegra -cometido en la casona hoy abandonada de 48 entre 11 y 12-, y a casi dos años de su muerte, ocurrida en mayo de 2020, la figura de Ricardo Barreda sigue siendo noticia. Ayer se supo que los anteojos originales del femicida -los que llevó al momento del brutal crimen, durante el juicio y hasta sus últimos días- están siendo ofrecidos en Mercado Libre por 25 millones de pesos. La publicación estuvo online hasta ayer al mediodía pero al cierre de esta edición ya no estaba disponible.

“Te los regalo porque cuando me muera vas a poder venderlos y va a salir guita. Es un regalo. Acá están todos locos. Llegaron a vender remeras y tazas con mi nombre”, le habría dicho Barreda a una mujer que lo visitaba en la pensión en la que terminó muriendo, en José C. Paz. Y la mujer esta semana decidió que era hora de venderlos.

“Pensé en quedármelos de recuerdo”, contó la mujer, quien pidió reserva de identidad y le concedió una nota a Rodolfo Palacios, autor de “Conchita”, una de las tantas biografías sobre el cuádruple femicida. Según cuenta la mujer en la entrevista publicada ayer por Palacios, Barreda “pagó lo que hizo, pero con nosotros fue muy bueno. Hasta le festejábamos los cumpleaños. Pero estoy necesitada de plata. Ni idea cuánto pueden costar esos lentes y quién los compraría. Pero aunque me den diez mil pesos sería genial”.

Se trata del clásico modelo Stetson XL16 plateado que el hombre que asesinó a su mujer, sus dos hijas y su suegra utilizó, como se dijo, hasta los últimos días de su vida, en una época en la que, ahora se sabe, el propio Barreda era muy consciente de la fama que había ganado con su brutal caso.

En uno de los tantos encuentros que el autor de “Conchita” tuvo con Barreda, de hecho, llegó a preguntarle al femicida qué opinaba sobre las canciones que le habían hecho en su homenaje. “Las escuché a todas -había respondido Barreda-. Agradezco el apoyo, pero lo mío no es para ser un ídolo o para celebrarlo”.

Palacios también le preguntó si sabía que se vendían tazas, remeras y pines con su imagen, a lo que Barreda contestó que no lo sabía pero se interesó en saber a qué precio se vendían.

“¿Y qué dicen las remeras?”, consultó el propio Barreda a su biógrafo. “Muchas cosas -le respondió éste-. Aguante Barreda. Barreda libre. Ricky ídolo. Hay otra palabra que a usted no le van a gustar”. Cuando el femicida quiso saber cuál era esa palabra, la respuesta de Palacios fue directa: “conchita”, el nombre despectivo con el que su mujer y sus hijas, según el propio Barreda, solían llamarlo.

Más allá de esto, en esa entrevista el cuádruple asesino se mostró sorprendido por su escandalosa fama: “No sé por qué hay personas que me admiran -había declarado. El otro día estaba haciendo un racconto de toda la gente que me ha saludado y puedo decir que solamente de tres personas (dos mujeres y un hombre) escuché comentarios desfavorables. Un 3 por ciento de insultos es un buen porcentaje. Algunos me felicitan y no es una cosa para que me feliciten. Es fuera de lugar. Yo les digo que desgraciadamente no inventé o no descubrí ninguna vacuna contra las caries. Me saludan, me piden autógrafos, se sacan fotos conmigo. Todo eso hace que me sienta muy mortificado”.

A todo esto, hay que decir que la comunidad de Mercado Libre se tomó el tema en sorna el ofrecimiento de los lentes y comenzaron a aparecer decenas de comentarios sarcásticos. Así, entre las distintas publicaciones se pueden leer cosas como “¿viene con la escopeta de regalo?”, “¿con estos anteojes puede ver con perspective de genere inclusive no binarie?”, “tengo 4 cubiertas pirelli 175/65 r14 más $ 20.000, ¿arreglamos?” y “¿te dan más puntería?”.

La publicación, como se dijo, desapareció cerca de la una de la tarde de ayer. Hay dos posibilidades: que se haya concretado la operación o que, como pedían también algunos comentarios, que la hayan denunciado por querer vender un objeto que perteneció a un femicida.

 

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