“Érase una vez un genio”: el poder de las historias
Edición Impresa | 7 de Septiembre de 2022 | 04:19

Siete años después de “Mad Max: Furia en la carretera”, y mientras filma “Furiosa”, sobre el origen del personaje de Charlize Theron en esa película, George Miller vuelve a la pantalla grande con un cambio de paso: de la mano de Tilda Swinton e Idris Elba con “Érase una vez un genio”, filme fantástico que llega a los cines locales el jueves y se encuentra en las antípodas de su célebre saga, una fábula romántica “anclada en la realidad” y que reivindica el poder de las historias.
Miller cuenta que el cuento de una antología de la inglesa A.S. Byatt en que se basa su nueva obra, a la que optó poco después de ser publicada en 1994, “me impactó cuando la leí y ha permanecido conmigo todo este tiempo: la historia es fuerte y me parece que contiene casi todos los grandes temas que afectan al ser humano”.
La nueva película de George Miller se encuentra en las antípodas de su saga “Mad Max”
“Érase una vez un genio”, traducción libre del título original (“Three thousand years of longing”, tres mil años de espera) es un trasunto del cuento de Aladino que de desarrolla en tiempos actuales, con “flashbacks” al pasado. Tilda Swinton se pone en la piel de Alithea, una intelectual, experta en narrativa, que viaja a Estambul para una conferencia y compra en un mercadillo una botella antigua.
Al destaparla en su habitación del hotel libera al genio, Idris Elba, que le concede los clásicos tres deseos. Pero Alithea, que no es ninguna ingenua y se resiste a expresarlos, gana tiempo escuchando las historias que el genio le cuenta sobre cómo ha llegado hasta ahí. Así, él le cuenta 3000 años de historias que hacen que la película se estrelle a través del tiempo y que finalmente acercan a Alithea y al genio: si “Furia en la carretera” trabaja sobre una feroz línea narrativa sencilla, la nueva obra de Miller es una pieza de cámara, aparentemente más acotada, íntima, pero esculpida en proporciones épicas.
La película comienza con el asombro y el encanto como si fueran especies de especie en peligro de extinción en un mundo digital moderno. “La realidad está sobrevalorada”, dice, en ese sentido, Swinton, para quien “la obra se trata del encantamiento. Se trata de la fe”.
“Como actor, a veces vives en este extraño espacio de la realidad. Es un poco como el genio. La gente me ve y dice: “Oh, Dios mío. ¿Puedes darme algo? Es una foto o una firma o lo que sea. Me encuentro preguntándome qué soy, en realidad. ¿Quién soy? Pero me doy cuenta de mi papel en mi vida o en la sociedad como narrador y como alguien que hace creer a la gente que algo es increíblemente importante. Sentarse en una habitación con el maestro mismo (hace un gesto hacia Miller) y poder contar una historia sobre la narración es increíble. Encantamiento es una palabra increíble. No creo que se pierda nunca”, agrega al respecto Elba.
“Hoy en día se cuentan más historias que nunca, es imposible leer todos los libros, ver todos los programas de televisión, todas las películas. No creo que las historias sean reemplazadas”
George Miller,
Director de “Érase una vez un genio”
“Lo que es realmente interesante para mí, a pesar de todos estos avances tecnológicos, es que definitivamente seguimos programados para contar historias”, sigue Miller. “Se podría argumentar que hoy en día se cuentan más historias que nunca. Me impresionó mucho el hecho de que Napoleón había leído todos los libros que existían en su época. Ahora es imposible leer todos los libros, ver todos los programas de televisión, todas las películas. No creo que las historias sean reemplazadas. Creo que simplemente evolucionan continuamente. Hubo un censo británico en el que se preguntó a la gente cuál era su religión y un porcentaje muy alto puso Jedi. Está reemplazando una forma de mitología por otra. Creo que cuanto más desconcertante se vuelve el mundo, más tendemos a caer en la historia. Pero a veces esas historias pueden ser tóxicas”.
Al respecto, Swinton advirtió sobre el peligro de que haya “una sola historia”. “Hay que huir de la historia única, mantener las contradicciones, las distintas versiones, los retos, porque hemos visto, especialmente en los últimos meses, lo peligros que es tener una sola historia”, lanzó. Un mensaje que resuena, claro, con estos días del mundo y de nuestro país, donde tras el atentado a la Vicepresidente se debate sobre el poder de los discursos que circulan.
“Hay que huir de la historia única, mantener las contradicciones, las distintas versiones, los retos, porque hemos visto, especialmente en los últimos meses, lo peligroso que es tener una sola historia”
Tilda Swinton,
Protagonista de “Érase una vez un genio”
“Ahora tenemos un recordatorio muy claro -afirmó, haciendo referencia a la guerra en Ucrania- de que es posible que a toda una nación, a toda una cultura se le cuente una historia y se la crea, con exclusión de cualquier otra historia. Tal vez de lo que estamos hablando es de una especie de porosidad de las historias, entonces es posible estar abierto a muchas historias. Tal vez eso es lo mentalmente saludable y espiritualmente saludable para proponer”.
Narrar está entonces en el centro de la película: la referencia al genio de la lámpara no es en ese sentido gratuita, ya que la historia original proviene de “Las mil y una noches”, donde Sherazade narraba velada tras velada una nueva historia, como el personaje de Elba en el filme. Y como el propio Miller, claro, con sus películas: “Una de mis citas favoritas sobre la historia es la del narrador swahili que termina su historia diciendo: ‘La historia ha sido contada. Si fue mala, fue mi culpa porque yo soy el narrador. Si fue buena, entonces es de todos’. No hay absolutamente ninguna duda de que las historias, una vez contadas, obtienen tracción o no y significan algo para las personas de una forma u otra. Por lo tanto, no puedes pensar en ellas a la ligera”, dice al respecto el director australiano. “He conocido personas que pueden seducirte con sus historias. Sé que lucho con eso. No puedo levantarme y contar bien una historia espontáneamente. Pero puedo hacerlo en la cámara ultralenta de contar una película donde pienso en cada matiz, cada ritmo, y es finalmente lo logro”.
Tilda Swinton y la lámpara, en “érase una vez un genio”
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