Las causas que llevaron a la reina Isabel II a su muerte

En tan solo unas horas, el Reino Unido pasó de amanecer en normal calma a recibir un pedido de la corona para rezar por la reina, vivir su muerte y la asunción de su hijo. Una desmejoría de Isabel II la mantuvo bajo estrictos cuidados y toda la familia se trasladó para acompañarla en sus últimas horas. 

A muchos les tomó por sorpresa su partida física pero la realidad es que hace tiempo que su salud le juega una mala pasada. No sólo a nivel físico, también anímico y mental pues recibió duros golpes en los últimos años. 

En las siete décadas que reinó en el territorio británico, pocas veces se la ha visto en un hospital. En 1994 fue la primera vez que lo hizo y ocurrió a causa de una quebradura de muñeca por la caída del caballo en Sandringham.

Luego, en 2003, llegó para ser intervenida en pos de retirarle un cartílago desgarrado ubicado en la rodilla derecha. Recién en 2013 volvió a pisar una clínica y la razón fue una gastroenteritis intensa. 

Pasó el tiempo y su salud parecía estar mejor que nunca. La llegada de la pandemia la tenía recluida para su total resguardo, al punto que sus trabajadores no podían salir durante 30 días de la residencia y debían testearse permanentemente para evitar que se contagiara.

Así y todo, el estar encerrada absolutamente, sin recibir visitas ya que eran sus hijos y sus nietos los que cumplían con los deberes reales y estaban expuestos al contagio, le quitó mucho ánimo y se hizo sentir en su salud mental, tal y como lo informaron medios locales.

En noviembre del año pasado se acercó al centro médico por una lesión en la espalda que la tenía a maltraer y por la que no pudo dar el presente en el Servicio del Domingo del Recuerdo en el Cenotafio. Previo a eso, tuvo otro ingreso del que nada se supo puesto que se respetó el secreto de la corona.

En febrero del 2022, desde la Familia Real confirmaron que Isabel II se había contagiado de coronavirus. Pasó el período de aislamiento con síntomas leves pero le quedó un intenso cansancio y agotamiento, una de las secuelas del “covid prolongado”, que aparece especialmente en las personas mayores de edad. 

Sin tiempo de recuperarse del coronavirus, el peor golpe que sufrió en los últimos años tuvo fecha el 9 de abril de este año cuando el príncipe Felipe de Edimburgo falleció a los 99. La Familia Real le estaba preparando un festejo especial para su próximo cumpleaños. 

Como pocas veces en su mandato, Isabel II habló de su vida privada y definió la pérdida de su marido con una frase que demostraba cómo era su relación: “Ha sido mi fuerza, mi roca y mi sostén”. 

Meses después, en junio pasado, no pudo estar presente en el Jubileo donde se festeja su 70º aniversario en el trono y su cumpleaños. Desde ahí, pocas veces se la vio en actos oficiales y cada vez eran más los compromisos que cancelaban.

REINA ISABEL II

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