La huella del chat: revelan mensajes entre los acusados a poco del ataque contra Báez Sosa

“Creo que matamos a uno”, “caducó”, “no se cuenta nada”, “solo quiero tomar vino y fumar flores” y “ganamos contra unos chetos, los rompimos”, fueron algunas de las frases extraídas de los celulares de los imputados, que los comprometen en el caso

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Los audios y mensajes que los rugbiers se enviaron entre sí y, a otros amigos, a poco del crimen de Fernando Báez Sosa en Villa Gesell, el 18 de enero de 2020, parecieron demostrar un acabado conocimiento de las consecuencias del salvaje ataque perpetrado en la puerta del boliche “Le Brique”. Una frase en código como “caducó” y, la de “no se cuenta nada”, en clara búsqueda de una estrategia para evitar ser descubiertos, fueron algunas de las que ayer se ventilaron durante la séptima jornada del juicio oral en los tribunales de Dolores. Claro que no fueron las únicas y hubo otras más explícitas.

Si bien toda esta evidencia -mensajes de texto, audios e imágenes- ya estaba incorporada en la causa, fue el auxiliar de la Fiscalía General, Javier Pablo Laborde, a cargo de analizar los teléfonos de los imputados, quien leyó cada uno de los mensajes que simultáneamente eran reproducidos en una pantalla y que fueron seguidos con atención tanto los padres e Fernando como por los ocho jóvenes que llegaron a juicio por el asesinato.

Esta prueba, demás está decir, volvió a generar un gran impacto emocional.

“Estoy acá cerca donde está el pibe y están todos ahí a los gritos, está la Policía, llamaron a la ambulancia... caducó”, decía el audio que a las 4.55, pocos minutos después del crimen de Fernando, envió el acusado Lucas Pertossi (23) al resto de los imputados mediante el grupo de WhatsApp “Del Boca3”, que conformaban todos, excepto Ayrton Viollaz (23).

“Nos peleamos. Ganamos contra unos chetos, los rompimos”, escribió a las 5.08 a un contacto fuera de ese grupo el rugbier Blas Cinalli (22), quien hasta ahora no había sido mencionado por los testigos que declararon en el juicio.

El mismo imputado fue quien también les manifestó a otros conocidos: “Creo que matamos a uno”, “le dimos murra a uno con el ‘perto’, lo recargamos a palo, pero mal. Nos vinimos corriendo a la casa”, “nos vamos a la playa. Previa en casa, vienen todas las gatas” y “yo sólo quiero tomar vino y fumar flores”, según reprodujo el testigo, quien debió leer esos textos frente a los padres de Fernando, Graciela Sosa y Silvino Báez.

Ante la una pregunta del querellante Fernando Burlando, Laborde confirmó que las expresiones de Cinalli fueron escritas 13 minutos después de que él y el resto de los imputados recibieran en el grupo de WhatsApp el mensaje de Lucas Pertossi, que se refería al fallecimiento de Báez Sosa.

El testigo se refirió también a otro intercambio en el que el mismo acusado dijo que iban hacia un local de Mc Donalds, que estaban “corriendo” para que no los vieran, y describía que a raíz del ataque cometido, otros jóvenes habían resultado heridos.

“Dos convulsionaron, uno lo mandamos al hospital, sin signos vitales. Ahora estamos yendo a Mc Donalds a ver qué pasa”, dijo Cinalli a un contacto, quien le respondió: “Son los demoledores.”

Laborde, quien se convirtió en el testigo que declaró durante más horas ante los jueces del caso, realizó el análisis de las comunicaciones en el marco de la investigación, al ser convocado por la fiscal de Instrucción 6 de Villa Gesell, Verónica Zamboni.

Si bien los mensajes de Cinalli y Lucas Pertossi acerca de la muerte de Fernando fueron los que más conmoción generaron en los presentes en la sala de audiencias, también fueron incorporados como prueba durante la jornada otros que se referían a la llegada de la Policía a la casa de veraneo alquilada por los imputados y uno en el que uno de ellos advertía a los demás: “Chicos no se cuenta nada de esto, a nadie.”

Entre los teléfonos analizados figura el iPhone 3 negro de Máximo Thomsen (23), quien se negó a entregar la clave de acceso; otros cinco teléfonos de la misma marca que pertenecían a Lucas y Luciano Pertossi (21), Matías Benicelli (23), Alejo Milanesi (22) y Juan Pedro Guarino (21), cuyo equipo “7 Plus”, de color negro, tenía la pantalla astillada y una funda de los All Blacks.

Los peritajes incluyeron también al Motorola G4 Plus de Enzo Comelli (22), quien fue señalado por testigos como uno de los que golpeó a Fernando; un Huawei perteneciente a Cinalli y el Huawei BLL23 gris con funda negra y pantalla astillada de Ciro Pertossi (22).

El único del grupo cuyo celular no fue localizado en el domicilio allanado, ni en los dos autos estacionados allí, fue el de Viollaz, aunque tampoco forma parte del grupo “Del Boca3”, en el que sí estaba el resto de los imputados, y también Guarino y Milanesi, los dos sobreseídos en la causa.

Los números corresponden a usuarios identificados como “Chano (Luciano), “Blas Croto” (Cinalli), “Mati Benicelli” (Benicellii), “Juampi” Guarino, “Alejo Milanesi”, “Ciro Perto”, “Machu (Thomsen), “Enzo Comelli”, “Lucas Perto” y un joven apodado “Salvi”, quien no fue identificado en la investigación.

Tras la audiencia, la madre de la víctima se refirió a los chats de los imputados tras el homicidio y sostuvo que “los testimonios son muy fuertes”, ya que su “hijo había fallecido y ellos estaban enterados e iban a festejar después de muerto, que se iban a juntar, que se iban a llenar de vino y flores en la playa”.

Por su parte, Burlando consideró que fue “fortísimo” lo que arrojaron los mensajes y que si bien se conocían en la causa, “es bueno que los jueces observen las reacciones de los presentes”.

“Lo de los mensajes fue fortísimo y, si bien se conocían en la causa, es bueno que los jueces vean las reacciones”

Fernando Burlando Abogado

 

 

 

Báez Sosa

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