Armas, amenazas de mutilación y golpes en el asalto a una familia
Edición Impresa | 12 de Enero de 2023 | 03:06

Momentos de terror y espanto vivió ayer una familia de Barrio Norte luego de que cuatro delincuentes irrumpieran en su propiedad ubicada en calle 11 entre 37 y 38 a plena luz del día. El sigilo con el que actuó la banda, tanto al ingresar como al avanzar por el inmueble, le permitió llegar sin inconvenientes hasta la cocina y tomar por sorpresa a la dueña de casa que se encontraba en plena preparación de la comida.
Los propietarios del inmueble, una pareja de jubilados, jamás creyeron que a las 11 de la mañana podían llegar a quedar a merced de cuatro sujetos violentos y armados que emplearon el terror para apoderarse de varios objetos de valor y “que procedieron con una mezcla de saña y marcado profesionalismo en materia delictiva”.
De hecho, el dueño de casa se encontraba haciendo una limpieza general del garage al momento de la irrupción y, en ese marco, tenía abiertas de par en par las puertas del habitáculo en el que guarda su automóvil. A decir de las víctimas la banda parecía tener todo “muy aceitado” ya que, tras ingresar por el fondo de la casa, en cuestión de minutos tomaron el control.
Primero, la sometieron a ella. Luego siguieron con su marido quien al momento de doblegarlo, se encontraba en la vereda. Desde adentro le hicieron señas y le mostraron a su esposa. Al ver la situación, al hombre no le quedó otra opción que ingresar a la morada, cerrar todo y ponerse bajo las órdenes del clan.
Finalmente, los implicados se dirigieron a una habitación y allí terminaron consiguiendo tomar el dominio total de la situación al reducir a dos familiares que se encontraban de visita.
Inmediatamente en ese instante se dieron cuenta de que estaban pasando a formar parte de la larga lista de jubilados asaltados en la Región. Y tal como lo temían también sufrieron en carne propia la violencia que suele caracterizar a este tipo de hechos de inseguridad.
“No hay dudas de que no era la primera vez que cometían un robo. Se podía observar jerarquía, un líder y un plan. Incluso encontraron plata en un lugar al que era imposible llegar. Sin dudas eran profesionales”, comentó a este diario el damnificado que pidió mantener su identidad a resguardo.
Pese a que los asaltantes dieron con una suma de dinero, fundados en la idea de que el jubilado “le estaba escondiendo información”, iniciaron un feroz interrogatorio, que incluyó torturas tanto físicas como psicológicas.
“Rompieron todo. Algunas cosas, como los jarrones y la vajilla, las tiraban al piso sólo por tirarlas. Por saña. Creo que debe haber sido para intimidarnos. Nos pegaron, nos amenazaron con que le cortarían un dedo a mi esposa si no les decíamos con precisión el lugar en el que teníamos guardados nuestros ahorros”, apuntó la víctima.
Después de cuatro horas de sufrimiento, finalmente los sujetos abandonaron la casa cargando valijas con todo lo que encontraron a su paso. Incluso, el auto de la familia en donde cargaron el botín.
A diferencia de lo que sucede en la mayoría de los asaltos en viviendas, donde los delincuentes se enfocan en particular en las habitaciones al momento de la búsqueda de dinero y otros efectos de valor, en la casa de esta pareja de jubilados “revisaron todo” como si tuvieran la convicción de que iban a encontrar un fuerte monto.
En esta línea, la familia no descarta la posibilidad de que los ladrones hayan dado el golpe con “un dato”. Abona esta hipótesis el hecho de que hayan registrado lugares muy específicos en los que la pareja guardaba sus valores.
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