Alerta Sosa: la trama detrás de su casi segura salida de Gimnasia

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Ramón Sosa no jugó en el amistoso frente a Montevideo City Torque. No solamente eso, no estuvo presente en el predio. Más allá de un corte en la tibia derecha por un choque con un arquito el último lunes en la práctica en espacios reducidos, su ausencia no obedeció a una cuestión física (entrenó martes y miércoles) sino a una presión para lograr su salida del club ante le interés de Talleres de Córdoba.

No es la institución de Barrio Jardín la que elevó una oferta formal por el extremo paraguayo de 23, convocado a su Selección por Guillermo Barros Schelotto a fines del año pasado. Daniel Campos, en su doble función como agente del futbolista y gerenciador del Tembetary, acercó una propuesta para que Gimnasia libere al jugador a cambio de la deuda global que tiene por el pase impago desde principios del año pasado. Ese ofrecimiento fue rechazado porque la dirigencia mens sana quiere sacar algo más de dinero a sabiendas de que es imposible para el club abonar casi 2 millones de dólares por el 50% de un jugador, cualquiera sea su nombre. De todas maneras, la situación de conflicto está planteada desde que Campos dijo “Sosa no va a jugar más en este club” y se profundizó en la jornada de ayer con su ausencia de la práctica. Su salida de Gimnasia parece ser la crónica de un final anunciado y la incógnita es cuanto dinero podrá cobrar Gimnasia como extra de la operación, con la cláusula de salida de U$S 2.500.000 por la mitad de la ficha como inalcanzable.

Gimnasia se reforzó hace un año con el pase de Ramón Sosa, quien había sido dirigido por Néstor Gorosito en Olimpia de Paraguay. La institución de calle 4 había comprado el 50% del pase, pero nunca lo pagó. Ni a Olimpia ni a Tembetary, el otro club con derechos económicos sobre el delantero guaraní. En junio pasado, Olimpia recurrió a FIFA para cobrar los 550 mil dólares que el Lobo le debía y ante el incumplimiento quedó inhibido para incorporar jugadores, tanto en el mercado de mitad de año como en el actual. “Fue una estafa”, dijo Miguel Cardona, presidente del club franjeado, acerca de la transferencia de Sosa al Tripero.

Según el informe económico presentado en diciembre por la nueva dirigencia albiazul, la deuda con Olimpia era de U$S 740.284 y con Tembetary era aún mucho mayor: U$S 1.054.379. El uso del tiempo verbal en pasado tiene que ver con las penalidades por mora que aumentan la deuda aunque se trate de billete estadounidense. Es por estos intereses que la conducción del club entiende que no hay ninguna chance de hacer un negocio con Ramón Sosa, ya que en el mejor de los casos “cambiará” la plata con el valor de la cláusula de rescisión a mitad de año. Además, en marzo próximo entrarán otras dos inhibiciones por parte de Tembetary para que Gimnasia siga sin reforzarse hasta saldar la deuda.

Claro que de por medio está el equipo, que en una semana debutará en el torneo y ya perdió a titulares indiscutidos como Rodrigo Rey, Agustín Cardozo y Brahian Alemán. Ramón Sosa asomaba como una carta de desequilibrio ofensivo, pero la sensación que flotó por Abasto en el mediodía de ayer es que el paraguayo ya no volverá a vestir la casaca azul y blanca. Obviamente, es un problema enorme para Sebastián Romero, que ve disminuido el potencial del equipo incluso en lugares de la cancha en los que especulaba con una mejoría, como es el caso de la ofensiva que contaría con el regreso de Cristian Tarragona.

La realidad es que mientras tanto, Talleres espera que se llegue a un acuerdo entre las partes para contar con el jugador, que sería la cuarta incorporación para los dirigidos por Javier Gandolfi tras las llegadas de Nahuel Bustos (San Pablo), Juan Rodríguez (Rosario Central) y Valentín Depietri (Fortaleza).

Hoy, en Gimnasia se habla más de “reducción de daños” que de levantar las inhibiciones para incorporar algún jugador. Primero, porque entienden que la salida de Sosa hoy es la única forma de tener algún ingreso por el jugador. Y en segundo lugar, porque aún restará levantar la inhibición de Olimpiakos por el medio millón de dólares que Gimnasia adeuda por Franco Soldano. Para el Lobo, este mercado está perdido.

 

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