Los asesinos del policía retirado, libres e impunes

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La muerte cruel que sufrió Héctor Horacio Lopumo (71) en su casa de Altos de San Lorenzo, a manos de cuatro motochorros que le dispararon sin piedad y, porque sí, no deja de provocar conmoción en la Ciudad.

Se trató del primer crimen del año y que demostró la frialdad con la que se mueven estos grupos criminales violentos por cualquier rincón de La Plata.

De acuerdo al resultado de la autopsia, el deceso se produjo por un shock hipovolémico producto de una herida de arma de fuego, según indicaron a este diario fuentes del caso.

En el informe de autopsia se mencionó que el proyectil que le quitó la vida habría ingresado por la cara anterior del tórax, a la altura del esternón, que le “generó daños en la pleura, pulmón izquierdo, pericardio, miocardio y arteria aorta”.

Lopumo, expolicía y, árbitro de fútbol, cayó muerto en la entrada al dormitorio de su vivienda de 73 y 25, donde no hubo posibilidad de asistencia.

Respecto de los homicidas, su identidad y paradero, por ahora, sigue siendo un misterio.

Al parecer, antes de ejecutarlo, le habrían dicho a Lopumo “vos andás armado”, por lo que dispararon y escaparon sin llegar a robarle nada.

En el inmueble estaba la mujer de la víctima, que no llegó a tomar contacto con los delincuentes.

Se dice que la víctima acostumbraba a cortar el pasto del frente de su domicilio de noche y hay versiones de que muchas veces lo hacía con su pistola.

Ese punto, trascendió, es lo que intentan determinar ahora como posible móvil del hecho.

 

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