Ocurrencias: chocolate para todos

Alejandro Castañeda

afcastab@gmail.com

A este chocolate lo reclamaban desde varios kioscos. Y ayer se entregó. Cuando esta semana la justicia mandó a detenerlo, muchos legisladores quizá hayan ido a rogarle al Gauchito Gil que lo mantenga bien escondido, porque a sus caramelos mensuales los recibían los golosos de todos los partidos. El jueves se produjo una novedad de enorme importancia en la marcha de esta causa: el teléfono de Julio Rigau, tan codiciado y prometedor (¿seguirá allí, se podrá abrir o se habrá borrado?) al final podrá ser peritado por la fiscal Betina Lacki, quien deberá afinar oído y suspicacias para pasar en limpio ese lenguaje sinuoso y simulado que borronean con mucho esmero los que tienen algo o mucho para esconder.

Cuando el dichoso aparato empiece a hablar, se podrá acceder a la letra chica de un despojo legislativo que dejó tambaleando a ese palacio donde, desde hace tiempo, cocinan unas dietas que engordan mucho.

La idea del reparto puntual y equitativo está muy arraigada en el bolsillo y en el orden del día de los diputados de todos los colores y todas las épocas, servidores públicos que, por lo que ha dado a conocer, se han encargado de votar por unanimidad estos aguinaldos mensuales.

Seguramente semejante entramado ahora empezará a desenredarse, aunque ya estamos acostumbrados a que los casos, tan sonados, graves y espesos, al final se acaban convirtiendo en una minuta secundaria que tiene como destino el archivo de los grandes olvidos.

Por lo que se ha podido saber, el operativo recaudador descubierto el formaba parte del fixture mensual de gente que ha montado su nivel de vida a costa de las extracciones que les llevaba Rigau en bolsas, por supuesto de residuos, porque tal vez allí se basureaba el honor de la Legislatura bonaerense.

Chocolate, salvando las distancias, era como un Papa Noel de planta permanente, contratado y afanoso, que llegaba puntualmente al arbolito de los diputados con un presente efectivo que les mejoraba ánimo y pesebre.

En la Legislatura, desde hace tiempo, cocinan unas dietas que engordan mucho

Chocolate era un Papá Noel que llevaba todos los meses al arbolito de los diputados un presente que les mejoraba el ánimo

Su teléfono al fin se podrá peritar. El custodiado y temido aparato, que a esta altura se ha transformado en un verdadero oráculo, probablemente sea el portador de una semi verdad que los abogados de una y otra parte tratarán de acomodar al gusto de su clientela.

El traspié seguramente les ha complicado el reparto del bono de octubre por la dimensión pública que alcanzó una cobranza que reflejó, a la vista del vecino, una imagen de impunidad y descuido. Sobre todo por haber montado la ventanilla de pago en esas vidrieras de 7 y 54, donde alguna vez funcionó una gran tienda que se llamaba El Siglo, un nombre comercial que sin querer anticipó la antigüedad de esta operativo de compra y venta.

Con Rigau detenido y el aparato listo para ser peritado, la investigación podrá ir encontrando algo de luz entre tantas opacidades administrativas. Al borde de las elecciones, su declaración y sus mensajes sin duda agitará una actualidad que no necesitaba estos aportes extras para difundir más intrigas y despilfarro. Por las dudas, se decidió que el viernes 20 de octubre, ya en pleno precalentamiento electoral, la fiscal Lacki pueda acceder por fin a los detalles de unas charlas que seguramente serán muy sustanciosas si tenemos en cuenta los esfuerzos que están haciendo desde las bancas para que el aparato se mantenga en cuarto intermedio infinito.

Temen que, por el intercambio de charlas con el electricista, los socios de la ferretería sean alcanzados por un cortocircuito que provoque algunos cortes y acabe sacudiendo a casi todos.

Ayer quedó detenido Rigau. Se trataría, atención, no de un hombre clave, sino de un recaudador de confianza, que era usado para los mandados y que pasó a ser estrella de una superproducción de suspenso con varias huellas y muchos sospechosos. Con teléfono autorizado y acusado en comisaría, el ciudadano espera que las manos titubeantes de la justicia puedan abrir al público este bazar de sorpresas y regalos.