Por hobby, un jubilado lleva a pequeña escala los grandes buques de guerra
Edición Impresa | 17 de Octubre de 2023 | 02:03

En la ventana de una vivienda cercana a la Terminal de Ómnibus se aprecia, a muy pequeña escala, el acorazado Bismarck, el gigante de la armada alemana que participó -por poco tiempo- de la II Guerra Mundial y que desde esa casa particular se expone con el orgullo de sus ocupantes, Ricardo y Nelly.
Ricardo Guerello -75- es jubilado desde hace 15 años de la Cámara Federal de Apelaciones. Hace 8 que emprendió el hobby de armar barcos y todo ese tiempo le demoró terminar el Birmarck de 1,25 metro de eslora por 20 centímetros de manga y 83 centímetros de altura que montó dentro de una vitrina vidriada. Se arremolinan del otro lado de la ventana para admirar el buque, cada vez que pasan por ahí, los chicos de una escuela cercana.
Al vecino le quedó como asignatura pendiente continuar con una afición que conoció de chico, cuando construía pequeños aviones con su mejor amigo. Jubilado, con más horas del día para los pasatiempos, se le ocurrió un día comprar semanalmente los fascículos de una editorial española que invita a armar barcos, aviones y automóviles. Eligió un modelo de la serie de las flotas navales y se puso a seguir fielmente las instrucciones de las 143 entregas.
Se trata, según contó Guerello a EL DIA, de una tarea que sólo pueden llevar a adelante quienes poseen, como él, una paciencia infinita y un gusto muy particular por el detalle. ”Esto se ensambla pieza por pieza y con mucho cuidado, porque todo es muy ajustado y con partes que pueden ser diminutas. De otra manera se corre el riesgo de que se desarme todo”, explicó el aficionado al modelismo y agregó: “por momentos parece interminable”.
Las entregas que el vecino platense fue adquiriendo llegan con todas las piezas que componen la maqueta y los insumos que se necesitan para el armado. Guerello, para montar las partes más frágiles recurrió a algunas herramientas “auxiliares” que le facilitó su mujer -artesana-, como una lupa especial, de esas que utilizan para la clínica los otorrinolaringólogos, y pinzas de uso quirúrgico.
Tanta pasión se le despertó a este modelista que mientras terminaba de fijar los últimos detalles del Bismarck comenzó a comprar los fascículos de la fragata Hércules, aquella de la historia independentista nacional, comandada por Guillermo Brown.
Fabricada unos 130 años antes que el de factura alemana, Guerello cree que con la fragata, un poco más rústica y con menos detalles, se reducirán los tiempos de ensamble.
En tanto, tiene una ilusión: la de conectar de alguna manera esta pasión actual con el ámbito donde trabajó tantos años. “Me gustaría que me dejen exponer el Bismarck en la sede de 8 y 50 de la Justicia Federal. Tiene un hall muy grande y ahí podría estar algunos días”, confió.
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