Vecinos de un barrio cerrado marchan por seguridad
Edición Impresa | 2 de Octubre de 2023 | 01:51

“No pasó nada, no nos dieron respuesta”, dijeron vecinos del barrio Fincas de Duggan, en la localidad de Arana, quienes están muy preocupados por los recientes episodios delictivos ocurridos dentro de ese conglomerado urbanístico, situado a la altura de las calles 137 y 90, pero además por la ausencia de medidas de parte de la administración. “Hacen oídos sordos a nuestros reclamos”, destacaron con evidente enojo.
Si bien, ante los eventos que provocaron un verdadero cimbronazo interno, ya que afectaron la tranquilidad de los consorcistas, que abonarían un canon elevado en concepto de expensas, que incluyen la seguridad, trataron de tomar contacto con los responsables del emprendimiento en busca de soluciones para tantos problemas, “se quedaron en silencio”, expresaron.
Por eso hoy, desde las tres de la tarde, un nutrido grupo de pobladores del country se movilizará a las oficinas de la empresa que comercializa los lotes, en 12 entre 47 y 48, donde insistirán con sus pedidos.
Como se sabe, hace pocos días dos familias sufrieron violentos asaltos a mano armada, perpetrados por una banda de cinco delincuentes, que entró por debajo del tejido perimetral, previo cavar un profundo túnel. “Actuaron como verdaderos topos”, describieron en el lugar.
“Recién salimos un poco del estado de shock y, como la gente del barrio, a pesar de la gravedad de lo sufrido, no nos dieron respuesta, ni tampoco incrementaron la seguridad, nos vamos a congregar en la puerta de las oficinas de los dueños del barrio. Queremos que nos escuchen”, expresó una de las víctimas.
Fueron 45 minutos de extremo dramatismo, hasta que finalmente les dieron sus ahorros.
“Ese dinero era para pagar lo que nos quedaba, porque nos mudamos hace poco. En estos días teníamos que pagar los muebles de la cocina y parte del dinero era para emprolijar el jardín. Era lo poco que nos quedaba después de haber construido la casa”, sostuvo. Y manifestó que, además del efectivo, que no fue precisada la cantidad, se llevaron cadenitas de oro y los anillos de casamiento.
Cuando consiguieron el botín, no conformes con ello, “pasaron a la casa de atrás y al propietario lo golpearon”.
Allí vive un hombre con su pareja y dos hijos chiquitos, pero en este caso la mujer alcanzó a esconderse en el baño.
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