Conformismo entendible para el que sufre y sólo reproches a quien careció de convicción

Carente de vértigo, el León decepcionó. Generó pocas situaciones de peligro y fue incapaz de incomodar a un Lobo modesto y preocupado

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Martín Mendinueta

@firmamendinueta

¿Qué pasó en el clásico? Casi nada. La decepción fue tan grande como el aburrimiento.

Los problemas que arrastra Gimnasia y las llamativas carencias de Estudiantes hicieron que el partido tan esperado se fuera dejando sólo sensaciones agrias.

Gimnasia hizo saber rápido que llevarse un punto le parecía un gran resultado. Jugó muy replegado

El Lobo sumó un punto que no le cambia drásticamente la coyuntura, pero le sirve. Venía de ganar como local ante Rosario Central y ahora deberá ir a buscar el triunfo a Córdoba ante Instituto. Mientras tanto, volverá a Estancia Chica sin nuevos rasguños y con un leve incremento de confianza, que en estos tiempos tumultuosos vigoriza el semblante anímico.

A Estudiantes el resultado no le sirve para nada. Y mucho menos el desabrido juego que desarrolló.

Fue un León vacío de vértigo y con una endeble convicción para llevarse por delante a quien está en la tabla sufriendo la máxima incomodidad.

Más cerca del fondo que de la cima en la tabla de posiciones de su zona, y hoy afuera del lote de equipos que están clasificando a la próxima edición de la Copa Libertadores, la criatura que tutela el Barba Domínguez ha extraviado sus mejores rasgos.

Después de aquella fatídica noche ante Corinthians nada fue lo mismo para una formación que hoy presenta severos problemas para atacar.

El huésped, consciente de la estresante situación que vive, salió a empatar y empató. En cambio, el dueño de casa, que cargaba con la principal obligación de hacer el máximo esfuerzo para aumentar las complicaciones albiazules, quedó en deuda. Nunca atacó como si hubiera estado obsesionado por el triunfo. Si lo estuvo, en el campo no se notó.

El aburrimiento se hizo espeso durante el segundo tiempo y el Lobo celebró el punto que conquistó

¿Qué le pasó al funcionamiento de Estudiantes tras la eliminación de la Copa Sudamericana? Ese interrogante sólo dispara respuestas difusas.

repletos de cautela, armaron un primer capítulo poco seductor

El comienzo mostró los tips no deseados de cualquier clásico que no haya pasado a la historia. El Pincha tomó la iniciativa de plantarse en campo visitante y fue, en gran parte, por la postura conservadora del Lobo.

Quedó claro de entrada que el huésped consideraba al empate como un gran resultado.

Sin sorpresas, con dos delanteros puestos a correr por las bandas y un perfil contragolpeador que pocas veces pudo poner de manifiesto, el equipo de Leonardo Madelón jugó para que no lo hiciera su rival.

La lesión de Javier Altamirano pareció un guiño del destino para que, antes de lo previsto, Eduardo Domínguez pusiera en cancha a Mauro Boselli. El cambio de un mediocampista de corte ofensivo por un atacante pleno modificó el tablero estratégico. Estudiantes pasó a tener dos delanteros referenciales y eso retocó, en parte, el trabajo de los zagueros albiazules.

Cuando se fueron al descanso hubo uno más conforme y ese fue Gimnasia. A pesar de haber tenido firmes intenciones para lastimar la red de Tomás Durso, el León se quedó a mitad de camino, lo cual representaba un reproche para el que tenía la obligación de ganar.

en el complemento creció el lobo y eso generó silbidos

Haber visto a su huésped cómodo y hasta con alguna pretensión de acercarse a Mariano Andújar, fue irritante para muchos hinchas albirrojos. Gimnasia creció en el segundo tiempo y lo expresó en la cancha con un adelantamiento que dejó mal parado a Estudiantes.

Quedó claro que Eros Mancuso (se hizo notar cuando ingresó y hasta tuvo un remate que pasó cerca del palo izquierdo de Durso) debió ser titular. Fue un error del DT enviarlo al banco de suplentes.

Con rendimientos individuales de escaso brillo, la actualidad del León sólo instala desconfianza. A diez días del partido en Rosario ante Huracán por Copa Argentina, el equipo perdió confianza.

Gimnasia, por su parte, dentro de la mediocridad imperante jugó un buen clásico. Sumó su primer punto en condición de visitante y lo motiva el mérito de que justo en esta fecha no le hayan convertido. Muy bien Guillermo Enrique, su figura. Correctos Leonardo Morales y Yonathan Cabral (supo jugar con la carga de ser amonestado muy temprano).

Pasó un clásico feo. La única tibia sonrisa se la llevó el Lobo. El Pincha sólo escuchó reproches.

 

Estudiantes vs Gimnasia

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