Un cuarto de los niños no es vacunado contra la polio

Una cuarta parte de los niños argentinos no son vacunados contra la poliomielitis, lo que genera un riesgo potencial de reintroducción de esta enfermedad que puede tener consecuencias graves para la salud de la población infantil, alertaron ayer especialistas en la víspera del Día Mundial para su prevención.

La poliomielitis, o polio, es una enfermedad viral que se caracteriza por ser potencialmente mortal o altamente discapacitante. Su virus, que puede transmitirse a partir de la eliminación por materia fecal e ingresa por vía digestiva, afecta al sistema nervioso central, específicamente a la médula espinal, generando en ocasiones una parálisis severa.

Llegado a este punto, quienes sufren la enfermedad enfrentan un riesgo considerable de morir o quedar con secuelas serias, como parálisis de los miembros inferiores o incluso parálisis respiratoria por el resto de su vida, lo que los obliga a vivir con un pulmotor.

“En la Argentina se produjo un importante brote de polio en los años 1956 y 1957, en el que se registraron alrededor de 6.500 casos, con unos 700 muertos: luego hubo otros dos brotes menores en 1971 y 1983”, cuenta el médico infectólgo Lautaro De Vedia.

“Gracias a la vacunación contra la poliomielitis, que se inició precisamente sobre el final de la epidemia de 1957, no se registraron casos en Argentina desde 1984”, señala relata el especialista al resaltar el rol determinante de la inmunización.

En junio de 2020 se modificó en Argentina el calendario nacional de vacunación y se implementó la vacuna antipoliomielítica inactivada (IPV) a los 2-4-6 meses y un refuerzo a los 5 años, reemplazando de esta manera la vacuna antipoliomielítica oral bivalente (bOPV).

El año pasado el Ministerio de Salud de la Nación lanzó una campaña para fortalecer la vacunación contra el sarampión, la rubéola, paperas, y poliomielitis para niñas y niños de uno a cuatro años.