Escombros: un testimonio de veinte años de denuncia social

El artista Horacio D’Alessandro, integrante del recordado grupo, recopiló en “Crónica de lo que hicimos” sus obras fundamentales

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Después de 20 años de denuncia a través del arte, del cuerpo y las palabras, un libro reúne por fin las acciones del grupo platense Escombros, para que quede una “Crónica de lo que hicimos”, tal el nombre que lleva esta recopilación a cargo del artista y docente Horacio D’Alessandro, quien fuera uno de sus integrantes.

La idea del libro -que será presentado hoy desde las 19 en el Museo Beato Angélico con entrada libre y gratuita- nació a partir de una charla que D’Alessandro tuvo con Luis Pazos, quien, en 1988, ante un contexto de “incipiente” crisis económica, política y social, le propuso “hacer algo” a Angélica Converti y Raúl García Luna: de esa propuesta en el aire, y de ese trío, nacería Escombros, “artistas de lo que queda”, un grupo que a través de sus obras, en diferentes lenguaje, se dedicó a señalar las cosas que hacían padecer a la sociedad para que el que tenga que escuchar, escuche.

“Como no había nada que hablara específicamente sobre Escombros, y con miedo a que con el tiempo desapareciera, pensamos que la mejor manera de que quedase el testimonio, era hacer un libro”, cuenta D’Alessandro en diálogo con EL DIA, sobre el impulso que lo llevó a ponerse al hombro esta árdua tarea que si bien tuvo la emoción y alegría del recuerdo también tuvo su cuota de tristeza.

“Me dolió mucho leer algunas de las cosas que se escribieron en la convocatoria ‘El bosque de los sueños perdidos’ (2002), que hicimos en el Bosque, donde la gente dejaba escritos sus pensamientos o sus sueños, porque era como si los hubieran escrito ahora: han pasado un montón de años y este país no se movió, y si se movió, se movió para atrás”, advierte el artista.

En sus 236 páginas, el lector se encontrará con prólogos a cargo de algunos de sus integrantes y de otros artistas, como Pelusa Borthwick, histórica galerista del grupo, y una de las que más ha seguido su trayectoria; además de, por su puesto, la gran mayoría de las obras reproducidas en fotos: performances, convocatorias, murales, libros objeto, instalaciones, señalamientos y poesías, entre más. No faltan los manifiestos que engrandecieron al grupo y lo elevaron a la categoría de “culto”; ni tampoco algunas de las notas y críticas de prensa sobre diferentes acciones.

“Escombros. Crónica de lo que hicimos” se nutre de una línea de tiempo contextualizada con referencias sociales, políticas y económicas no sólo del país sino también del mundo (a cargo de Converti y García Luna) que “de una manera u otra siempre influyen sobre la obra de un artista”, y que en su momento no fueron inadvertidas por Escombros.

“Nosotros estábamos viviendo una crisis económica incipiente que, desgraciadamente, ha ido empeorando. Lo que se ha escrito en los manifiestos, tiene una actualidad absoluta y tal vez en el futuro este libro sirva para que la gente tenga una idea de lo que fue pasando en este país a lo largo de los años o lo que no fue pasando”, dice D’Alessandro.

Al artista, que se sumó al grupo un poco antes de la convocatoria conocida como “La Ciudad del Arte”, recordada acción que se llevó a cabo en diciembre del 89 en una cantera de 514 y 26, Hernández, no le gusta hablar de “legado” pero tiene claro que lo que mejor ha hecho el grupo ha sido denunciar.

“Siempre dijimos con Luis que el artista no es un crítico sino una especie de relator de lo que está pasando en su mundo, casi un cronista a través de su obra; y nosotros con las obras reflejamos muchos de los problemas que había en el país. Por eso es que a mí me resultó bastante triste ver que no cambió nada”, sentencia.

Feliz por haber podido concretar el deseo de recopilar “lo que hicimos” desde 1988 hasta 2008, a D’Alessandro lo embarga también el sabor amargo de la pérdida de dos de sus fundadores, Raúl García Luna y Luis Pazos, que fallecieron este año. Sin embargo, por ellos y por todos los integrantes que han sido parte en diferentes épocas de esta agrupación, se siente realizado de haber podido dejar por escrito algo de tanto de lo que hicieron.

Con una tirada de ejemplares muy limitada, por el alto costo de la impresión (con fotos a todo color, en hojas satinadas de 28 x 21), solo unos pocos estarán a la venta. El próximo objetivo de D’Alessandro es trabajar en una edición digital.

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