VIDEO. ¡Grande Boca! De la mano de Chiquito Romero, otra vez, va por la séptima Copa Libertadores
Edición Impresa | 6 de Octubre de 2023 | 01:51

Tras una electrizante definición por penales, Boca le ganó por 4-2 a Palmeiras en San Pablo, luego de igualar 1-1 al cabo del tiempo reglamentario, y se adjudicó la serie que la semana anterior había comenzado a desarrollarse en Buenos Aires con un empate sin goles. El Xeneize definirá la presente edición de la Copa Libertadores el 4 de noviembre en el Maracaná de Río de Janeiro contra Fluminense, el conjunto brasileño que el miércoles eliminó a Internacional de Porto Alegre.
Edinson Cavani, en el primer tiempo puso en ventaja al conjunto Xeneize, Joaquín Piquerez igualó en el segundo tiempo, cuando la formación argentina jugaba con uno menos por la expulsión de Marcos Rojo, y Sergio “Chiquito” Romero, que sostuvo el empate con una serie de tapadas, completó una noche mágica tapando dos de los cuatro penales que le ejecutaron en la tanda convirtieron Bruno Valdez, Valentini, Figal y Guillermo Fernández, tras el que le taparon a Cavani.
Mismos equipos, con actitudes modificadas, porque en este caso la iniciativa la asumió Palmeiras, y un juego que se desarrolló lejos de los arcos, asegurando todos las entregas. Boca aprovechó los primeros minutos para adaptarse al césped, cerrando todos los caminos a su arco.
El 11 inicial se formalizó a partir de jugadores frescos por haber quedado al margen del partido del fin de semana ante River, como Advíncula, Figal, Rojo, Fabra, Guillermo Fernández y Merentiel, y de otros que entraron en la etapa complementaria, tal los casos de Medina, Barco, Ezequiel Fernández y Cavani.
Menino, desde afuera del área, probó a Sergio Romero, quien atrapó la pelota en dos tiempos, sobre el primer cuarto de hora, y la entrada de Rony, quien golpeó al arquero, generó el primer tumulto de la noche, y este episodio empezó a determinar un crecimiento del conjunto visitante, que mejoró la posesión y trasladó el escenario a la franja central, más lejos de su arco.
Una corrida de Merentiel por la izquierda, dejando en el camino al paraguayo Gómez, desembocó en el primer gol de la noche, sellado por Cavani, el uruguayo que conectó apareciendo por detrás de los marcadores que cerraron y pegó el segundo grito con la camiseta azul y oro. El 1-0, a los 23 minutos, encendió el partido.
Palmeiras, golpeado, trató de profundizar sus ataques, aunque sin argumentos sólidos, otorgándole a Boca espacios para salir de contra, buscando preferentemente a Barco y Merentiel. Los pelotazos cruzados sobre el área terminaron siendo las jugadas de mayor peligro para los Xeneizes, que terminaron la primera etapa apretados en terreno propio, con los zagueros Figal y Rojo como abanderados de esa resistencia.
El local, con algunas facilidades para levantar pelotazos desde la izquierda, no pudo elaborar ninguna situación de alto riesgo frente a un rival sin fisuras, que se mostró ordenado, y en el descuento una mínima falta de coordinación dejó en la nada, por posición adelantada, una segunda anotación de Cavani tras asistencia de Merentiel, los atacantes que alcanzaron un nivel de juego altísimo, por lo que desarrollaron en ataque y lo que ayudaron en la presión alta.
Abel Ferreira, el técnico de Palmeiras, reforzó el ataque con los ingresos de Endrick, el juvenil de 17 años que efectivamente, refrescó la ofensiva de su equipo, y Kevin Macedo, y cuando Jorge Almirón interpretó que la ventaja empezaba a correr peligro, puso a Bruno Valdez, otro marcador central, para conformar una línea de cinco atrás.
La expulsión de Rojo, por doble amonestación, le terminó de complicar el panorama al conjunto boquense, que se quedó con uno menos, comenzó a sumar amonestados, reemplazó a Barco, que representaba una amenaza para los marcadores que esperaban, y de tanto insistir Palmeiras alcanzó el 1-1 con un misil de Joaquín Piquerez, que metió la pelota junto a la base del palo derecho de Romero, el arquero que sostuvo el 1-1 y aseguró el triunfo en el desempate con remates desde el punto del penal.
“No me imaginé nunca jugar una Libertadores, y a los 36 años me puedo divertir en los penales”
Sergio “Chiquito” Romero, el héroe de Boca en San Pablo
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