Robo y brutal golpiza a un estudiante de psicología

Un joven de 19 años fue asaltado cuando salía de un boliche. Cuatro sujetos lo molieron a golpes para despojarlo de su riñonera

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La violencia a la salida de los locales nocturnos volvió a engendrar otro brutal y preocupante episodio.

Pese a la fuerte repercusión que tuvo tanto a nivel nacional como internacional el brutal crimen de Fernando Báez Sosa, algunos actores de la sociedad parecen no haber tomado conciencia de la gravedad que revisten este tipo de episodios que ponen en riesgo la integridad y la vida de quienes los protagonizan.

Impulsos irrefrenables de causar daño a otro, muchas veces por cuestiones nimias, se cotejan sin ningún tapujo generando explosiones de furia que en la mayoría de los casos suelen tener como protagonistas a la gente joven.

De este modo, la vía pública se termina transformando en un campo de batalla en donde solo prima la ley del más violento.

Como todo choque o enfrentamiento, es inevitable la aparición de víctimas colaterales.

Madres, padres, hermanos, novias y amigos terminan con el corazón destrozado ya sea por una muerte o por una lesión irreversible.

Del lado de los victimarios también el dolor cala hondo por una simple razón: saber que un hijo estará durante varios años tras las rejas es una tortura para cualquier madre o padre.

Pero la gravedad de este contexto parece no ser suficiente. Muy por el contrario, los combates en las inmediaciones de recintos en donde se realizan reuniones nocturnas han recrudecido en el último tiempo.

Como caso más resonante y reciente se encuentra el brutal enfrentamiento que tuvo lugar a la salida de un boliche de la localidad de Berisso, ocurrida el pasado 23 de septiembre.

Dos mujeres de 21 y 25 años, respectivamente, resultaron con lesiones en el rostro y manchas hemáticas en la zona de la boca y la nariz, producto de varios golpes de puño propinados cuando abandonaban un recinto ubicado en 70 entre 122 y 122 bis alertados. El móvil de la “salvaje y sangrienta pelea” habría sido “el amor de un joven”.

Una situación de la misma índole tuvo lugar ayer por la madrugada en un sector del centro platense.

Un joven estudiante de psicología de 19 años se convirtió en víctima de un demencial ataque perpetrado por al menos cuatro sujetos luego de una corrida que se extendió por varias cuadras.

Todavía no se tiene certeza de qué fue lo que motivó este brutal ataque.

En base a la versión oficial, todo apunta a que este violento episodio se inició cuando la víctima y cuatro amigos se retiraban de un local nocturno emplazado en la zona de 50, entre 9 y 10.

El aluvión de golpes de puños y patadas que le propinaron le dejó varias lesiones.

Según la denuncia radicada por el damnificado, sufrió heridas en ambas rodillas y en su brazo derecho.

En el rostro recibió la peor parte. Sufrió rasguños, marcas, excoriaciones y hasta una hinchazón en la zona del ojo derecho.

Luego de someterlo en el suelo, los sujetos le sustrajeron su riñonera de color negra, en la que llevaba su DNI, su teléfono celular y 700 pesos en efectivo.

La situación no es más que otra prueba irrefutable sobre cómo la violencia se agudiza en horas de la madrugada, cuando los boliches cierran sus puertas.

La causa está caratulada como “robo y lesiones” y tomó intervención la fiscal Mariana Ruffino.

 

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