Amigos del Niño, los mosquitos llegan recargados

Los platenses padecen por estos días, entre pastizales urbanos inusualmente altos, un anticipo de lo que les espera si se alternan lluvias intensas y calores agobiantes, tal como se prevé, en los próximos meses. Ese patrón es el ideal para la multiplicación de mosquitos. Cuáles son los riesgos sanitarios y cómo minimizarlos

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Francisco L. Lagomarsino

flagomarsino@eldia.com

Está lloviendo seguido, y el calor viene levantando con prisa y sin pausa. En plazas, parques, rotondas, ramblas, veredas, en predios públicos y privados, en bañados y charcos ocasionales, el pasto crece a todo ritmo; y al amparo de su lozanía húmeda, después de cada chubasco, un ejército de mosquitos se prepara para invadir la Región. Las primeras patrullas ya llegaron: hay que ser muy estoico para recibir el atardecer al aire libre en un espacio verde, sin repelente.

Iniciada, entonces, la inexorable “temporada” de los molestos y voraces dípteros, queda preguntarse qué nos espera en el corto y mediano plazo. De qué hay que cuidarse, y cómo, con el dengue como principal amenaza sanitaria. Lo que es seguro es que durante los próximo meses, con un probable pico entre febrero y marzo, las hembras adultas de mosquito ampliarán la dieta de jugos vegetales que comparten con los machos, y saldrán además en busca de proteínas que les permitan poner huevos para perpetuar la especie. Encontrarán esas proteínas en la sangre de los animales, incluyendo los seres humanos.

“Acerca del boom actual, hay una buena y una mala noticia” abre el juego María Victoria Micieli, doctora en Ciencias Naturales, investigadora y actual directora del Centro de Estudios Parasitológicos y de Vectores (Cepave, UNLP-Conicet): “la buena es que no se trata de una especie que transmita enfermedades. La mala, que es voraz, agresiva, resiliente y longeva”.

Los ejemplares de Aedes albifasciatus, el “mosquito plaga”, “charquero” o “de inundación”, se galvanizan al atardecer. “Así como sus huevos se activan en simultáneo al humedecerse la tierra en que están puestos, si hace calor alcanzan la adultez en una semana, y si no, en diez a quince días” precisa Micieli, “eclosionando todos al mismo tiempo, y atacan a la vez. Se bancan el frío, tanto que se los encontró hasta en Tierra del Fuego, y pueden picar a través de la ropa porque están acostumbrados a penetrar cueros duros como los de los caballos, a los que vuelven locos”.

Los albifasciatus son en general más grandes que la mayor parte de sus pares (hay más de 75 clases de mosquitos presentes en nuestra región, y al menos 242 en Argentina). “Sus apariciones más masivas tienen como dato previo una sequía” señalan en el Cepave: “este año, hubo una eclosión en agosto, pero fue limitada por la presencia en las larvas de un gusano parásito, un nematodo que actuó como regulador natural; si bien no contagian enfermedades como los Aedes aegypti, son plaga y provocan pérdidas económicas”.

UN ENEMIGO EN CASA

“Los aegypti sí son vectores, y su peligrosidad como transmisores de persona a persona estará marcada por el grado de circulación social que tenga el virus del dengue”, toma la palabra Arturo Lizuain, profesional del Cepave, licenciado y doctor en Ciencias Biológicas de la UBA: “debemos estar muy atentos, porque la enfermedad no era endémica en Argentina hasta este año, cuando se comprobó que se reportaron numerosos casos sin conexión con viajes o contactos ‘importados’”.

“Será clave determinar cuál de los cuatro serotipos del virus del dengue está circulando” advierte el experto: “si es el mismo del año pasado es una cosa, y de ser otro, hablaremos de algo más grave”. Es que la reinfección de dengue con un serotipo diferente al del primer cuadro puede ser peligrosa para el damnificado.

“El año pasado, post sequía, el aegypti fue protagonista de la mayor epidemia hasta ahora” recuerda Micieli: “tiene huevos de resistencia, los pone en tarritos, en las paredes verticales de reservorios y recipientes de agua relativamente limpia. Es domiciliario, y nunca nos va a picar mientras corremos o nos ejercitamos en un parque; nos va a esperar en casa. Vive alrededor de un mes, lo que es bastante para un mosquito. Por eso es clave no darle chances para reproducirse en el hogar”.

La primera irrupción en La Plata de Aedes aegypti se documentó en 1997. Se sabe que es de origen africano, y que llegó a estas riberas con los barcos esclavistas en los siglos XV y XVI. El argentino desarrolló algunas peculiaridades, y también se está moviendo al Sur, como el albifasciatus.

En el hogar, vaciar tachos, baldes, macetas, bebederos y cuencos al aire libre es prioritario

De la multitud de especies de mosquitos representadas en nuestros pagos, sólo tres revisten importancia médico-veterinaria y por lo tanto económica y social. Ademas de las dos ya citadas, está el Culex pipiens, eventual vector de los virus de la encefalitis de Saint Louis y del Nilo Occidental, males poco difundidos pero de consecuencias severas.

“El pipiens comparte criadero con el aegypti, aunque es menos ‘exigente’ con la calidad del agua, que prefiere un poco mas turbia” señala Micieli: “compiten, pero coexisten. El pipiens es muy adaptable, y se lo halla en las zanjas de desagüe de las veredas, cosa que el aegypti no. Es, típicamente, el que no te deja dormir a la madrugada, que entra a las casas a la noche, zumba cuando se apagan las luces y se lo ve al acecho en los cielorrasos” .

SE PICÓ CON EL CLIMA

Los pronosticadores del Servicio Meteorológico Nacional estiman que a lo largo del verano se registrarán, en la mayor parte del país, temperaturas y precipitaciones superiores a las normales. Y que es probable la irrupción de la variante “El Niño Indio”, originada en el Océano Índico, potenciando esos rasgos.

Los científicos del Cepave admiten que ese contexto favorecería la abundancia de mosquitos, y adelantan que lo peor se padecerá en febrero y marzo, cuando llegue a su tope la superposición de varias generaciones. Es más, aunque se diera algún periodo de bajas temperaturas, no matarán a los mosquitos locales, que como se dijo son resistentes a esos avatares, y meramente se refugiarán a la espera de condiciones climáticas que les resulten más propicias. Entonces, ¿cómo combatirlos?

“El Aedes aegypti no nos va a picar corriendo en un parque; nos va a esperar en casa”

“En el plano hogareño, debemos desactivar los posibles criaderos” subraya Lizuain: “a gran escala, hay que decir que la fumigación sólo está indicada para intentar frenar un brote epidémico; excepto ese caso de emergencia, donde se prioriza la salud pública a pesar del daño ambiental que provocan los insecticidas, no es lo correcto ni lo mejor, porque se va a lograr -con suerte- un alivio muy momentáneo, pero se va a generar resistencia en los insectos”.

“Un trabajo de esta casa ha detectado esa tolerancia a los piretroides, que son los únicos venenos autorizados en el país; con cada aplicación, mueren menos y se fortalece más el resto” completa Victoria Micieli: “lo mejor son las estrategias de manejo integrado, que combinan diferentes fórmulas. No siempre la fumigación es una solución. En muchas plazas, parques y barrios cerrados se fumiga durante todo el año o antes del verano de modo ‘preventivo’, pero eso no funciona”.

Con lluvias y calor por encima del promedio, El Niño favorecerá los ciclos de los mosquitos

El Cepave ha experimentado con innovadoras “trampas” para que los mosquitos entren en contacto con parásitos. Y algunos estamentos gubernamentales han probado, en mayor escala, con la siembra en bañados y pastizales de bacterias larvicidas como el bacillus thuringiensis israelensis. “Pero hay que tener un timing perfecto y la logística para hacerlo cada quince días”, aclara Micieli.

Los predadores naturales, también protagonistas en esta compleja historia (batracios, peces, otros insectos, algunos pájaros), están en retroceso debido al avance de la mancha urbana.

A “DESCACHARRAR”

En el ámbito doméstico, eliminar o vaciar cotidianamente tachos, baldes, macetas, bebederos, y todo cuenco en que se pueda acumular y estancar agua a la intemperie es prioritario. Cuando eso ocurre durante algún tiempo, la presencia de larvas de mosquito es muy sencilla de observar. Un adulto puede tardar en madurar apenas siete días.

El aedes aegypti, por caso, sólo requiere agua quieta relativamente limpia y un poco de sombra para dejar sus huevos. Incluso lo hace en desagües y canaletas.

Otras recomendaciones que formulan las autoridades sanitarias son las de mantener a raya la vegetación de patios y jardines; usar repelente cada cuatro horas en la ropa y el cuerpo (no se conoce que los insectos hayan desarrollado acostumbramiento, por ahora, a su principio activo); vaporizar tabletas o espirales; colocar mosquiteros en las aberturas; y poner tules en cunas y cochecitos de bebés para evitar que sean picados. Desde el Cepave, se aconseja particularmente tapar las rejillas con alambre mosquitero.

 

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