Siguen en nuestra zona la ola de calor y las penurias para miles de pobladores

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La continuidad de las jornadas de calor que se registra en las últimas semanas y los informes que pronostican para los próximos días temperaturas muy elevadas obligan, por lo pronto, a que la población tenga presente y atienda las recomendaciones médicas necesarias para no sufrir los efectos propios de este ciertamente muy tórrido verano.

El problema no concierne sólo a nuestra región, ya que muchas provincias se encuentran atravesando un nuevo periodo de altas temperaturas. Desde el norte patagónico al centro y norte del país, se anticipó que, al menos, hasta mañana las temperaturas podrán llegar a marcas cercanas a los 40 grados, ubicándose las mínimas entre los 20 y 28 grados. A partir de mañana algunas temperaturas podrían atemperarse debido a la presencia de tormentas aisladas, especialmente en el centro del país. Esto también puede ocurrir en zonas cercanas a la Costa por cambios temporarios en la dirección del viento al sector este.

En nuestra ciudad, en tanto, esta situación se agrava a partir de la sucesión de cortes en el servicio eléctrico (ver página 13) que padecen numerosos vecinos en distintos barrios y las dificultades por la escasez o directamente la falta de agua en otros tantos. Estos problemas recurrentes, que se dan año tras año durante el verano, justo cuando más se necesita el líquido vital y se incrementa el uso de ventiladores y aires acondicionados para sobrellevar el intenso calor, se potenciaron en 2023 con la sucesión de días de temperaturas extremas. Y, de la mano, aumentaron los reclamos de vecinos, cansados de lidiar con estos inconvenientes.

Frente a este panorama, no exponerse al sol y no hacer actividades físicas de 10 a 16, en los horarios donde el sol castiga con mayor intensidad; mantener la atención en los adultos mayores, bebés y niños; ingerir líquido abundantemente, evitando tener sed; no utilizar colores oscuros y ropa pesada y proteger la cabeza con sombreros o gorros, forman parte de las recomendaciones de estilo, a las que se suman las de usar protector solar, evitar bebidas alcohólicas, llevar anteojos de sol y comer frutas y verduras. Aunque, claro está, no solucionan el drama de los cortes de luz y agua.

Distintas fuentes médicas señalaron que no pocas personas corren el riesgo de padecer un golpe de calor, un trastorno que consiste en la incapacidad del organismo para regular la propia temperatura y que se produce como consecuencia de la exposición prolongada a temperaturas y humedad extremos.

Se indicó que los síntomas de calor son dolor de cabeza; mareos; sequedad de la piel, que también se enrojece; vómitos; y temperatura corporal anormalmente elevada. Puede manifestarse también con calambres, náuseas y hasta pérdida de conocimiento.

Además de garantizar los servicios esenciales, el Estado debería impulsar políticas que sirvan para modificar estructuralmente el hábitat muchas veces inhumano, en el que viven miles de niños y adultos mayores obligados por las circunstancias.

Se habla en estos casos de familias numerosas, integradas muchas veces por habitantes que carecen de las mínimas posibilidades para acceder a condiciones de vida más dignas, en situaciones que no colaboran para que puedan adoptar recaudos preventivos. Es allí donde los organismos del Estado debieran concentrar hoy la mayor atención.

 

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