Alarma por el avance de la pobreza infantil en el país, según un informe de Unicef
Edición Impresa | 16 de Febrero de 2023 | 02:13

Un nuevo estudio sobre el impacto de la pobreza en los niños de todo el territorio nacional, que refleja este diario en la edición de hoy (ver página 18), ofrece cifras más que preocupantes y deja nuevamente a la vista sobre bases estadísticas que la Argentina necesita acciones urgentes, destinadas a revertir los problemas estructurales de una economía que aparece como devastada y deriva en situaciones sociales, que en un país tan rico en alimentos como el nuestro, no tendría que suceder y, sin embargo, desde hace décadas, pasa.
De acuerdo a un informe de pobreza multidimensional presentado ayer por Unicef, un 66 por ciento de los niños de Argentina tuvo carencias monetarias o de derechos al primer semestre de 2022. Un nivel de pobreza “persistentemente” alta que la aceleración de la inflación a casi el 99 por ciento no pudo haber reducido a la fecha, advierte.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en su investigación determina que el 51,5 por ciento de los niños vive en la pobreza monetaria y el 13,2 por ciento, en la pobreza extrema. Mientras, la no monetaria -la privación de al menos uno de los derechos básicos: educación, protección social, vivienda adecuada, saneamiento básico, acceso al agua segura, hábitat seguro- alcanza al 42,5 por ciento de los niños y al 15,4 por ciento en forma extrema.
Las apabullantes cifras de pobreza y también de indigencia de los últimos años, se sabe, impactan, sobre todo, en las franjas etarias de la niñez y adolescencia de nuestro país, en muchos casos carentes de alimentos suficientes, vivienda digna, salud y, en especial, educación.
Las cifras de la Unicef hablan de unos 8.800.000 niños y niñas que sufren esta situación. Ni los planes sociales ni otros subsidios, como la Asignación Universal por Hijo, han alcanzado hasta ahora para rescatarlos de ese nivel de pobreza. “Sería mucho más elevada si no tuviéramos estas políticas (públicas) de protección social”, estimó Sebastián Waisgrais, de Unicef Argentina, al presentar este duro informe. Agregó que Argentina muestra una tendencia “claramente descendente” en los últimos 17 años en la pobreza por derechos.
Estos alarmantes números sobre la pobreza infantil reflejan que el Estado -principalmente- y la sociedad, no han podido lograr generar las respuestas necesarias ni articular las políticas correctas empezando por un sistema educativo mucho mejor. Toda una generación de chicos y jóvenes está creciendo sin recibir la educación que merecen para el futuro. Esto se suma a la lamentable pérdida de la cultura del trabajo a costas de las ayudas del Estado (asistencialismo). “La pobreza monetaria está en niveles persistentemente elevados” porque “sigue la macroeconomía”, agregó Waisgrais especialista en Inclusión de la organización mundial.
El Presupuesto de 2022 dirigido a la niñez y adolescencia sufrió un ajuste real de 4,3 por ciento interanual o 0,2 por ciento del PIB, detectó Unicef, en tanto el crédito vigente para 2023 muestra que los recursos reales tendrán una contracción adicional de entre el 13,3 y 22,2 por ciento según sea el nivel de inflación, advierte el informe.
Está muy claro que la pobreza es otra pandemia que necesita con urgencia una salida. Con soluciones y reformas de fondo para las que será imprescindible acordar y sostener decisiones. De lo contrario, el futuro será cada vez más oscuros para nuestros niños y jóvenes.
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