Murió Monono Domínguez, goleador con las dos camisetas

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El DNI decía Eduardo Víctor Domínguez, pero la ciudad y el mundo del fútbol decían simplemente Monono y todo el mundo sabía de quien hablaba. Goleador en los ‘50 y ‘60, primero en Gimnasia y luego en Estudiantes, también pasó por Huracán, Atlanta y Peñarol de Montevideo.

Fue un delantero temible. El fútbol y el tango fueron sus grandes amores. En su casa de calle 40, cuando los recuerdos con la globa eran ya borrosos, la radio siempre era fiel compañera y la memoria se recuperaba para hablar de orquestas y cantores.

Monono debutó en Gimnasia el 4 de diciembre del ‘55, en un empate 1 a 1 frente a San Lorenzo en el Bosque, apenas 40 días después que Diego Bayo, otro que la supo lunga a la hora de inflar redes ajenas. Después de 107 partidos y 46 goles, 6 de ellos a Estudiantes.

Sin embargo, entre el ‘63 y el ‘64 Monono cruzó de vereda y jugó en el Pincha, después de un año muy malo en Atlanta. En el primer clásico de 1963 convirtió los dos goles para la victoria pincha. Con sus tres tantos “clásicos” para los albirrojos, suma 9 en total, a dos del Payo Pelegrina, el máximo goleador del choque platense.

Fue fundador y puntal del Gonnet Paleta Club, ese verdadero grupo de amigos sin distinción de colores que llenó de anécdotas entrañables noches y que extrañará su voz al micrófono cantando algún tango. Ayer a la mañana, en su casa de siempre, su corazón dijo basta. Gimnasia y Estudiantes lo recordarán siempre.

 

 

Eduardo Víctor Domínguez
Gimnasia
Estudiantes

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