Océanos contaminados: las playas locales, repletas de plástico

Mientras más del 70% de los residuos de la costa bonaerense son de ese material, un informe internacional advirtió que los mares del mundo sufren una “marejada” de más de 170 billones de microplásticos

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Mientras en los últimos días se conoció que más del 70% de los residuos de las playas bonaerenses son plásticos, un informe científico difundido ayer reveló que los océanos de todo el mundo sufren desde 2005 una marejada de ese material “sin precedentes”, al punto de que allí flotan unos 170 billones de microplásticos. ¿Hay solución para un drama que pone en jaque a todo el ecosistema marino?

El dato sobre la situación en las playas locales surgió de la sexta edición del Censo Provincial de Basura Costera Marina, organizado por diferentes organizaciones en las principales ciudades costeras de la provincia de Buenos Aires y donde participaron más de 400 voluntarios.

La iniciativa, que se realiza desde 2016 y que el año pasado cubrió un área total de 410.864 m2 entre septiembre y octubre, expuso concretamente que de un total de 35.741 residuos, el 73,7% estuvo constituido por plásticos, lo que indica una vez más que son los residuos más abundantes en las costas bonaerenses.

“Una realidad incontrastable es que el plástico que llega al mar es difícil de retirar. En los últimos 80 años contaminamos nuestros ecosistemas marinos con un material que, por económico y práctico, fabricamos y consumimos por demás. Lejos de demonizarlo, la realidad es que ni los riesgos de su producción ni el destino final de su gestión fueron considerados”, asegura Verónica García, especialista en Ecosistemas Marinos y Pesca Sustentable de Fundación Vida Silvestre Argentina.

Esta realidad, como se dijo, entra en sintonía con el informe difundido ayer, el cual fue publicado en la revista científica Plos One -de acceso abierto- y cuyo dato central es que en los mares flotan unos 170 billones de fragmentos plásticos, en su mayoría microplásticos.

La cifra es significativamente más alta que estimaciones precedentes, y el estudio pone de relieve que el vertido de residuos se acelerará en las próximas décadas, de mantener el ritmo actual.

En ese marco, se alertó que la contaminación por plástico es un problema persistente en todo el planeta y que la fauna marina engulle o queda atrapada en las bolsas. También se apuntó que los residuos ensucian las playas hasta en los más recónditos espacios naturales y los microplásticos vuelven al ser humano a través de la cadena alimenticia.

“La contaminación por plásticos ha alcanzado niveles sin precedentes”, advirtieron los autores del trabajo, y señalaron que gran parte de esos fragmentos fueron desechados en los últimos 18 años. Los investigadores recogieron muestras en más de 11 mil estaciones de monitoreo en todo el mundo, y datos que se extienden a lo largo de 40 años, entre 1979 y 2019. Hasta 1990 no había una tendencia clara en la concentración de esos plásticos, pero a partir de 2005 los niveles se dispararon.

“Observamos un rápido incremento desde 2005 porque hay un rápido aumento de la producción, mientras que las políticas de control del vertido de plásticos en el océano son limitadas”, explicó Lisa Erdle, una de las autoras del informe internacional.

Las causas de contaminación por plástico incluyen a las redes de pesca o las boyas que suelen aparecer en plena mar, mientras que las bolsas, la ropa o los neumáticos de auto están presentes en las costas. “Todos esos desechos acaban convirtiéndose en microplásticos, como si fuesen confites en la superficie del océano”, lamentó Erdle.

DRAMA GLOBAL

En diciembre, más de 160 países reunidos en Uruguay bajo el llamado de Naciones Unidas arrancaron las negociaciones para crear un acuerdo mundial contra la contaminación marina por plásticos, pero la segunda ronda debe celebrarse ahora en Francia. Los principales puntos del acuerdo son la prohibición del uso de plásticos de un solo uso, un sistema de multas para los contaminantes e impuestos sobre los productores.

“Es uno de los problemas ambientales globales que más empeoró en los últimos años, generando graves consecuencias: daña especies y hábitats marinos muy valiosos y, al pasar a través de la red trófica y llegar al ser humano, pone en riesgo nuestra propia salud”, aseguraron desde la Fundación Vida Silvestre.

Según explicaron, toneladas diarias de basura llegan a los mares a través de los sistemas de drenaje urbanos (como las bocas de tormenta y los pluviales), la desembocadura de los ríos y por la acción del viento que los traslada, sumado a lo que directamente arrojan las personas en los ambientes costeros o la descarga desde las embarcaciones.

A su vez, el mar recoge los residuos durante la marea alta y los transporta hacia otros sitios, que pueden no ser el origen de estos residuos. De todos los residuos sólidos posibles, los plásticos son los más abundantes en el mar y las costas y debido a la erosión producida por el sol, el mar o los microorganismos, estos residuos se van transformando en fragmentos cada vez más pequeños, como los microplásticos (menores de 5 mm) y los nanoplásticos (menores de 1 mm).

“Al ser consumidos por los organismos marinos, estos contaminantes pasan a través de la red trófica llegando inclusive al ser humano”, advirtieron desde Vida Silvestre, y precisaron que los seres humanos consumen unos 5 gramos de microplásticos por semana a través de los alimentos, el agua y el aire; es decir, el equivalente al peso de una tarjeta de crédito.

“Es claro que a pesar del crecimiento exponencial de iniciativas voluntarias y regulaciones nacionales y regionales que ya existen, no hay señales de que la cantidad de plástico que ingresa al océano se esté desacelerando”, agregaron desde la organización, y llamaron a “evaluar las realidades particulares y establecer qué tipo de regulaciones son necesarias, con la finalidad de frenar y revertir la contaminación por plástico”.

 

 

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