En jaque por las joyas Bolsonaro tendrá que entregarlas
Edición Impresa | 16 de Marzo de 2023 | 01:36

El escándalo de las joyas regaladas por Arabia Saudí al expresidente Jair Bolsonaro avanza en medio de versiones contradictoras y decisiones judiciales que han vuelto a poner el foco en el líder ultraderechista brasileño.
El Tribunal de Cuentas, órgano que fiscaliza el Estado brasileño, dio ayer a Bolsonaro un plazo de cinco días para que entregue al actual Gobierno las joyas de la lujosa marca suiza Chopard que le obsequiaron las autoridades saudíes en 2021.
Hay fundadas sospechas de que el ingreso al país de esas joyas se hizo de forma irregular y sin la debida declaración al Fisco, y que además estas deberían formar parte del patrimonio público nacional y no estar en poder del capitán retirado del Ejército.
En medio de toda la polémica, el exmandatario se encuentra en EE UU desde el pasado 30 de diciembre en una suerte de “autoexilio” al que pretende poner fin este mes con su vuelta a Brasil, algo que no termina de confirmar.
También ayer, el Tribunal de Cuenta ordenó al exgobernante que entregue un fusil y una pistola que recibió de Emiratos Árabes Unidos en 2019 y dictó que se realice una auditoría de todos los regalos que recibió durante los cuatro años de su Gobierno (2019-2022).
DE ORO Y DIAMANTES
En paralelo, la Policía Federal ha empezado un ciclo de interrogatorios sobre el ya conocido como “escándalo de las joyas saudíes”, que están divididas en dos paquetes.
El primer paquete, el que ahora Bolsonaro está obligado a devolver, consiguió ingresar al país y está compuesto por un reloj, un anillo, un bolígrafo, un par de gemelos de or y un rosario, cuyo valor se estima en unos 75.000 dólares.
El otro lo componen un collar, un anillo, un reloj y unos pendientes de diamantes, también de Chopard, valorados en 3,2 millones de dólares.
El destinatario de esas espectaculares piezas era, al parecer, la esposa de Bolsonaro, Michelle, que está intentando incursionar en la política de la mano del partido de su esposo.
Pero ese paquete no burló los controles aduaneros y fue retenido por el Fisco en el aeropuerto internacional de Guarulhos, en la zona metropolitana de San Pablo, donde continúan por el momento.
Para acceder a ellas hay que pasar por un laberinto de pasillos y salas hasta llegar a una sala de almacenamiento con mesas de acero inoxidable. Allí se encuentra el estuche azul de Chopard, que tiene hasta su propia llave.
En su interior relucen las joyas que los funcionarios de aduanas encontraron en la mochila de un militar, asesor del entonces ministro de Minas y Energía, Bento Albuquerque, que integraba la comitiva brasileña que viajó en la época de los hechos a Medio Oriente.
En Brasil es obligatorio declarar todos los bienes cuyo valor supere los mil dólares, lo que al parecer no se produjo con ninguno de los dos conjuntos de joyas saudíes.
En este caso, el propietario debió haber pagado impuestos de importación sobre las joyas, equivalentes a la mitad del valor excedente a los mil dólares.
El exmatrimonio presidencial podría haber importado las joyas libres de impuestos si hubiesen sido declaradas como obsequios al Estado, pero en ese caso los ítems se habrían quedado en el acervo del Palacio presidencial de Planalto.
“Los funcionarios del gobierno tienen absolutamente prohibido aceptar obsequios de alto valor para ellos mismos, incluso para el presidente de la República”, dijo Isac Falcao, presidente de Sindifisco, el sindicato que representa a los empleados de la autoridad fiscal.
“Todo funcionario público sabe eso”, agregó.
Bolsonaro intentó varias veces, a través de emisarios, liberar las joyas antes de finalizar su mandato el 1 de enero, pero no tuvo éxito. La última tentativa fue el pasado 29 de diciembre.
El escándalo fue destapado por el diario ‘O Estado de Sao Paulo’ el pasado 3 de marzo.
INTERROGATORIOS
Desde entonces, la Policía Federal, la Fiscalía y el Tribunal de Cuentas están buscando respuestas a todo este lío que amenaza con dañar todavía más la ya desgastada imagen del expresidente y la de su esposa, vista en algunos círculos políticos como una posible sucesora.
El ahora exministro Albuquerque ha sido uno de los primeros en declarar a la Policía Federal. Lo hizo el martes último por videoconferencia.
Según el diario ‘O Estado de Sao Paulo’, afirmó que desconocía el contenido de los regalos y que pensaba que el destino de los mismos era el acervo de la República.
Esa versión contrasta con la mantenida por los abogados de Bolsonaro y uno de sus hijos, el senador Flavio Bolsonaro, que sostienen que fueron presentes de carácter “personalísimo” y que, por tanto, deben seguir en manos del ex jefe de Estado.
El asunto no tiene visos de terminar. El Tribunal de Cuentas ordenó la semana pasada que Bolsonaro, quien ha negado “cualquier ilegalidad”, también tendrá que declarar ante la Policía, lo que aún no se ha concretado.
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