Cuando el cambio climático no perdona ni a los peces en el agua

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En las últimas semanas se encontraron decenas de miles de peces muertos obstruyendo la navegación en el río Darling-Baaka, cerca de la localidad de Menindee, en el sureste de Australia.

Videos publicados en redes sociales muestran embarcaciones abriéndose paso en un mar de peces principalmente arenques, bacalaos y percas, que cubren casi por completo la superficie fluvial, víctimas del calor y la falta de oxígeno.

Desde fines de febrero ha habido varios informes de peces muertos. Este fenómeno coincidió con una ola de calor que estresó un sistema que ha registrado condiciones extremas debido a las grandes inundaciones sufridas, señaló el Departamento de Industrias Primarias del estado de Nueva Gales del Sur.

Los vecinos de la zona se quejan del terrible olor que invade el lugar. Las autoridades sospechan que esto ocurrió debido a los bajos niveles de oxígeno debido al retroceso de las crecidas, lo que empeoró la situación porque los peces necesitan más oxígeno debido al clima más cálido.

No es la primera vez que pasa algo similar en esta zona remota. Según informaron las autoridades este es el tercer episodio de este tipo que ocurre desde 2018.

Agencias estatales, afirmaronque el problema es controlable y ya comenzaron a liberar agua de mejor calidad donde era posible para aumentar la cantidad de oxígeno en el agua en la zona. “Sí, la muerte de peces siempre ha ocurrido, pero no a esta escala. La razón fundamental de que los peces del Darling sigan muriendo es porque no hay suficiente flujo de agua”, explican.

 

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